3 ago 2013

El “paisito” legaliza la marihuana y da una lección

La mayoría de izquierdas en la cámara de diputados del país del presidente José Mujica, el más pequeño de América Latina, acaba de aprobar la legalización de la marihuana y de reconocer la evidencia, que a veces es algo que cuesta mucho reconocer. La evidencia la ha subrayado el diputado uruguayo Sebastián Sabatini: “Estamos dando un paso histórico para cambiar una política basada en la doble moral y la hipocresía, que perjudica a los que tienen menos acceso a la justicia, criminaliza la pobreza y fracasó en todos sus objetivos”. En Uruguay no solo acaban de despenalizar el consumo de marihuana, como en algunos otros países, sino
también plantarla y comercializarla en cantidades controladas por la administración pública como forma de luchar contra las mafias. La guerra oficial contra la droga ha dado lugar en todo el mundo al enorme negocio del narcotráfico y sus extensas repercusiones en la corrupción del tejido social. Ha tenido exactamente el mismo efecto promotor del gansterismo que la Ley Seca contra el alcohol en los Estados Unidos de los años 1920, sin querer aprender la lección.
En Cataluña también fue uno de los gobiernos más pequeños, el del municipio de Rasquera (900 habitantes, en la Ribera d’Ebre, Tarragona), quien impulsó el pasado año el proyecto de plantación de marihuana para el autoconsumo de los miembros de un club legal barcelonés de fumadores con 5.000 socios. El consistorio decidió democráticamente en el pleno municipal alquilar terrenos con esa finalidad, a un pueblo castigado por la crisis agrícola y que veía en la iniciativa una posibilidad de regeneración económica. Los abogados del Estado llevaron el asunto a los tribunales y estos sentenciaron que el ayuntamiento de Rasquera no tenía derecho a hacerlo. Revocaron el acuerdo municipal y cerraron el tema, mientras la marihuana se sigue produciendo y comercializando igual que siempre por los conductos ilegales. El “paisito” y también el pequeño ayuntamiento de Rasquera han dado un paso en esa ardua y minada lucha por reconocer la evidencia.

0 comentarios:

Publicar un comentario