Hablamos una lengua derivada por vía directa del latín, de los ocupantes y colonizadores romanos desembarcados por primera vez en Hispania a través del puerto de Empúries el año 218 aC. La romanización ha sido idealizada con frecvuencia a copia de generalizaciones, aunque sin duda significó en muchos lugares un salto de modernidad, un grado incipiente de alfabetización, el aprendizaje de nuevas técnicas, la aplicación del derecho romano y un conjunto de beneficios acompañados por la crueldad de los enfrentamientos bélicos y la explotación de la esclavitud. El Imperio romano demostró habilidad en
subordinar a otros pueblos, estabilizar en ellos su administración y juntar la anexión con la colonización.
subordinar a otros pueblos, estabilizar en ellos su administración y juntar la anexión con la colonización.
En una de las secuencias de La vida de Brian, la película satírica del grupo inglés Monty Python, el líder de un Frente Popular de Judea instiga las masas a atacar a los soldados romanos: “¡¿Qué nos han dado los romanos!?”, exclama. Tras unos instantes de silencio, un despistado de la primera fila contesta: “¡El acueducto!”. Esto provoca entre el público una serie de respuestas similares y obliga al orador a reformular la pregunta: “Bien, a parte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, el riego, las carreteras y los baños públicos, ¡¿qué han hecho los romanos por nosotros!?”.
La península del extremo occidental mediterráneo que los fenicios y los griegos llamaban Iberia se convirtió en la Hispania de los romanos, quienes la ocuparon y colonizaron durante siete siglos, de finales del III aC hasta el V dC, tras vencer a los anteriores ocupantes cartagineses. Una vez desembarcados en Empúries y Tarraco para hacer frente a los cartagineses, decidieron quedarse.
El único motivo de la presencia romana en Hispania era explotar sus recursos. Las guerras contra los iberos autóctonos se prolongaron durante dos siglos. Al final Hispania se convirtió en la primera, la más extensa y la más romanizada provincia del imperio, en particular la franja costera mediterránea, el valle del Ebro, del Guadalquivir y el Guadiana.
La palabra "clásico" deriva del latín classicus. Designaba a los reclutas de primera clase de la infantería romana y ahora se aplica a todo lo de “primera clase”.
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