La paralización anunciada durante seis meses más de las obras de remodelación del mercado de Sant Andreu es una pésima noticia que viene a sumar-se a las anteriores a propósito de un equipamiento privilegiado y maltratado. Una de las plazas porticadas más bonitas y menos conocidas de Barcelona es precisamente esta del Mercadal de Sant Andreu. Acoge en su centro desde 1914 la estructura de hierro del mercado municipal, una pequeña joya incrustada dentro de otra. La estructura del mercado había quedado caduca y era preciso emprender la reforma, igual que se han restaurado muchos otros de la activa red de 40
mercados municipales de Barcelona, casi todos edificios destacados de la arquitectura del hierro.
mercados municipales de Barcelona, casi todos edificios destacados de la arquitectura del hierro.
Los paradistas del mercado de Sant Andreu fueron trasladados en septiembre de 2017 a una carpa provisional próxima, levantada junto al otro gran equipamiento público de la zona, la antigua fábrica textil Fabra i Coats. El derribo previsto del mercado viejo tardó un año en iniciarse. Finalmente se llevó a cabo en cuatro meses. Ahora debían acometerse las obras de construcción del nuevo, proyectado en el mismo emplazamiento.
Las maquetas del proyecto prevén mantener y modernizar la condición de pequeña joya del mercado y la plaza, pero las obras se han visto paradas antes de comenzar. La previsión de inaugurarlas a finales del 2020 se va al garete.
Todo el centro histórico de la antigua villa de Sant Andreu de Palomar mantiene un carácter y una vitalidad excepcionales. La pequeña plaza porticada del Mercadal es uno de los símbolos afortunados y vigentes, injustamente tratado por el retraso persistente de las obras programadas. Fue diseñada en 1849 por el arquitecte Josep Mas i Vila, incluso antes que la Plaza Real barcelonesa, proyectada en 1856.
A la entrada de otro mercado en proceso de reforma, el de Bon Pastor, también se lee un cartel que proclama impúdicamente “Finalización de obras: noviembre de 2018”. Sigue cerrado y no se percibe ni un solo operario, como en el Mercadal de Sant Andreu.
A la entrada de otro mercado en proceso de reforma, el de Bon Pastor, también se lee un cartel que proclama impúdicamente “Finalización de obras: noviembre de 2018”. Sigue cerrado y no se percibe ni un solo operario, como en el Mercadal de Sant Andreu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario