El Vaticano pidió perdón el año 2000 por la ejecución en la pira del fraile Giordano Bruno, quien desde 1889 dispone de una estatua en el mismo punto donde fue quemado vivo por la Inquisición el año 1600, en la concurrida plaza Campo dei Fiori de Roma, acusado de herejía por sostener que la Tierra gira alrededor del Sol y no a la inversa, como afirmaba la doctrina oficial. Su contemporáneo Galileo Galilei se escapó por los pelos, tras abjurar de la misma teoría, aunque murmurara “Eppur si muove”... Han tenido que pasar milenios antes de que las explicaciones científicas se impusieran a las sobrenaturales. El prehistórico hombre de
Cromañón miraba antes de dormirse junto a la fogata la bóveda del cielo repleta de lucecitas titilantes, observaba la regularidad cotidiana de la aparición del sol y la luna, comprobaba la rotación anual de las estaciones climáticas y se hacía preguntas sobre aquellos fenómenos vitales que no se podía explicar. Han pasado 50.000 años y algunas han encontrado respuesta.
Cromañón miraba antes de dormirse junto a la fogata la bóveda del cielo repleta de lucecitas titilantes, observaba la regularidad cotidiana de la aparición del sol y la luna, comprobaba la rotación anual de las estaciones climáticas y se hacía preguntas sobre aquellos fenómenos vitales que no se podía explicar. Han pasado 50.000 años y algunas han encontrado respuesta.
Los primeros grandes imperios babilónicos, egipcios o chinos de hace 4.000 años lograron avances en el estudio de la astronomía, pero las creencias sobrenaturales siguieron dominando. Los griegos de la edad de oro del siglo VI aC, cerca 3.000 años atrás, fueron los primeros en intuir, a través del invento de la filosofía, que los humanos podían argumentar materialmente aquellos fenómenos. La cultura griega marcóel desarrollo mental de Occidente, sin embargo quedó detenida durante largos siglos, recubierta de nuevo por las creencias sobrenaturales a propósito del misterioso origen divino de todo.
El primer paso de gigante moderno sobre la evolución del mundo vino dado por los principios de la gravitación universal establecidos por Isaac Newton en 1685. El segundo, el estudio de Charles Darwin El orígen de las especies, de 1859. El tercero, la teoría general de la relatividad de Albert Einstein en 1915. El cuarto, la teoría del Big Bang como origen del Universo hace 13,8 millones de años, formulada por varios científicos a partir de 1929.
Los conocimientos se han acelerado y la doctrina religiosa se ha visto incapaz de contradecirlos. La iglesia católica aceptó la teoría científica de creación del Universo llamada del Big Bang, al alegar el papa Pío XII en 1951 ante la Pontificia Academia de las Ciencias que venía a ser lo mismo que “Fiat lux” bíblico.
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