El sentimiento de posesión debe ser uno de los más antiguos de la humanidad y siempre se ha visto asociado a la disputa por la defensa del límite territorial de cada uno, a veces hasta extremos ridículos pero sangrantes. Ahora el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat (segunda ciudad de Catalunya por volumen de población) lamenta haber perdido en 1920 su salida al mar en la desembocadura del Llobregat y la quisiera recuperar. El consistorio vecino de El Prat de Llobregat replica que ni hablar de modificar los límites municipales en detrimento suyo. La cuestión puede acabar en los tribunales, que también es un mecanismo muy antiguo
y frecuente. El Tribunal Supremo tuvo que resolver en 2015 el largo litigio a raíz del recurso presentado por el Ayuntamiento de Palamós contra la sentencia anterior del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, quien reconoció que las islas Formigues pertenecen de forma compartida a Palamós y Palafrugell.
y frecuente. El Tribunal Supremo tuvo que resolver en 2015 el largo litigio a raíz del recurso presentado por el Ayuntamiento de Palamós contra la sentencia anterior del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, quien reconoció que las islas Formigues pertenecen de forma compartida a Palamós y Palafrugell.
La propiedad de islas e islotes corresponde por ley al Estado, cuando no han sido consolidadas en el registro de la propiedad per algún titular privado (como es el caso en Catalunya aun hoy de una parte de ls isla de Buda en el delta del Ebro o la de S’Arenella en Cadaqués). Lo que se discutía de nuevo en los tribunales era dentro de qué límites municipales se hallan las islas Formigues.
Un acuerdo o concordia de 1717 estableció el derecho de uso compartido de los pescadores de Palamós y Palafrugell, por considerar que el minúsculo archipiélago se sitúa en la divisoria entre ambos municipios. En la revisión de límites municipales efectuada en 1924 no se habló de las Formigues.
El 28 de febrero de 2007 el Diario Oficial de la Generalitat publicó un acuerdo de límites municipales entre Palamós y Mont-ras, por el que reconocían las islas Formigues como integrantes del territorio del primero. Aquello levantó la protesta de Palafrugell, quien no había sido consultado ni avisado. La conselleria de Governació aclaró que la publicación del acuerdo entre los dos primeros municipios no significaba la aprobación definitiva por parte del gobierno autonómico i que podía ser recurrido legalmente. El Tribunal Supremo dejó de forma salomónica las Formigues donde han estado siempre.
El municipio de Mont-ras es completamente interior, pero tiene una franja de litoral gracias a un viejo arreglo que permitía que sus quintos hiciesen el servicio militar en Marina, considerado más ventajoso.
L’Hospitalet de Llobregat dispone de una fuerza muy distinta a la de Mont-ras (su alcaldesa preside actualmente la Diputación de Barcelona), pero el de El Prat de Llobregat tiene en su mano la carta sensible, el jocker del aeropuerto. Si el litigio de límites prospera, puede ser ameno.
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