El actor francés Michel Piccoli, que acaba de fallecer a los 94 años, mantuvo una estrecha relación con Barcelona, donde la hermana de su mujer se había casado con Albert Puig Palau, uno de los empresarios y mecenas más atípicos y seductores de la Catalunya contemporánea, popularizado por la canción que Joan Manuel Serrat le dedicó en 1971 con el título “Tío Alberto”, el nombre que ei daban sus amigos gitanos, uno de los círculos sociales de toda clase en que repartió su vida y su ayuda. Nacido en París en 1925, Michel Picoli se casó en 1968 con la guionista Ludivine Clerc (antes lo estuvo con la actriz teatral Eleonore
Hirt y acto seguido durante once años con la cantante Juliette Gréco). Rodó en 1956 en México a las órdenes de Luis Buñuel, aunque el éxito le vino en 1963 por la pareja que formó con Brigitte Bardot en El desprecio (Le Mépris) de Jean-Luc Godard. También rodó en Barcelona con el director Marco Ferreri la película del 1968 Dillinger ha muerto y de nuevo en 1973 Tamaño natural, de Luis G. Berlanga.
Isabelle Clerc, la hermana menor de la esposa de Piccoli, conoció a Alberto Puig Palau entre los clientes del restaurante Madame Zozó de Mont-ras en verano de 1963. La diferencia de edad de cerca de cuarenta años no impidió que formasen pareja hasta la muerte de Puig Palau en 1986 y que tuvieran un hijo en común, Daniel.
Para documentar la biografía Tío Alberto: vida, secreto y fiesta de Alberto Puig Palau, escrita en 2007 junto con Jaume Fabre, su viuda me acogió en la espléndida finca de Normandía donde residían las hermanas Ludivine e Isabelle Clerc en Saint-Philibert-sur-Risle. En este manoir acaba de morir el actor.
A la muerte de Puig Palau, Piccoli declaró: “Era un príncipe, no un dandy”. Lo mismo puede decirse ahora de él.
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