Pàgines
30 dic 2020
El paraíso soñado de Ramon Folch no existe, construyámoslo
29 dic 2020
El banco de la calle gerundense de las Hortes y la carrera de Forrest Gump
28 dic 2020
El Seminario ostensiblemente desmesurado en pleno centro
23 dic 2020
Exploración titánica de marcas y etiquetas de vino en su laberinto
21 dic 2020
Jaume Fàbrega nos regala ente año “El gran llibre dels menuts”
18 dic 2020
El litoral reclama ahora otra clase de faros
16 dic 2020
La “Carta de reencuentro” del restaurante La Estrella, poesía pura
Ayer queríamos hablar de trenes con el ingeniero y escritor Jordi Font-Agustí y fuimos a comer al lugar indicado. Cuando la Estación de Francia funcionaba a pleno rendimiento, muchos viajeros tomaban a la salida el atajo más cercano a los andenes, hacia la calle lateral que lleva el nombre de Ocata (era la terminal del tren de Mataró y una de las estaciones de su recorrido era la de Ocata). Aquella salida secundaria se veía muy concurrida. Frente por frente Josefa Chiquillo abrió en 1924 la casa de comidas La Estrella. Acababa de enviudar y tenía ocho hijos. Traspasó la lechería que regentaba en la vecina plaza Palacio y se endeudó para abrir este negocio, hoy renovado y dirigido por la cuarta generación de la familia: Jordi Baidal en las mesas y su