La pequeña y próspera Suiza acaba de inaugurar el túnel ferroviario más largo del mundo, 57 km a través la montaña alpina de San Gotardo. Comunicará Zurich con Milán en tres horas, pero eso no es lo más importante. Por el túnel circularán diariamente 250 trenes de mercancías y 70 de pasajeros. La proporción indica claramente la prioridad: sacar camiones de las carreteras y fomentar el transporte ferroviario. En cambio en España nadie sabe exactamente cuánto se lleva gastado en la obra pública más cara durante los últimos 25 años: la red ferroviaria duplicada de alta
velocidad. Se ha convertido en la segunda más extensa del mundo (después de Japón) y la menos utilizada, a pesar de faltarle todavía dos pequeños detalles que en cualquier otro país habrían sido prioritarios: el corredor mediterráneo entre la segunda y la tercera ciudad del país (la zona más poblada y productiva de la Península) y el transporte de mercancías.
velocidad. Se ha convertido en la segunda más extensa del mundo (después de Japón) y la menos utilizada, a pesar de faltarle todavía dos pequeños detalles que en cualquier otro país habrían sido prioritarios: el corredor mediterráneo entre la segunda y la tercera ciudad del país (la zona más poblada y productiva de la Península) y el transporte de mercancías.
El nuevo túnel de San Gotardo ha costado 11.000 millones de euros y 17 años de obras. Calculan que se llevan gastados 47.000 millones de euros en la red española de alta velocidad, desde la inauguración de la primera línea Madrid-Sevilla en 1992.
El 36% del total de inversiones del ministerio de Fomento todavía se destina este año a la continuación de las obras del AVE, por un importe anual de 3.670 millones de euros. Las cercanías, el corredor mediterráneo y el transporte de mercancías por vía férrea pueden esperar.
El AVE sigue absorbiendo en España una proporción descomunal de la inversión pública disponible, para satisfacción del lobby de las grandes constructoras y escarnio de la mayoría de usuarios del tren en general.
El AVE sigue absorbiendo en España una proporción descomunal de la inversión pública disponible, para satisfacción del lobby de las grandes constructoras y escarnio de la mayoría de usuarios del tren en general.
El nuevo túnel de San Gotardo es fruto de la movilización de la población suiza contra la inseguridad, la congestión y la contaminación de los túneles de carretera en aquella región. En España el 94% del transporte sigue utilizando la carretera y por la flamante red del AVE no circula ningún tren de mercancías.
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