El escultor rosellonés Arístides Maillol se centró de forma casi monográfica en desnudos femeninos monumentales, por los que fue reconocido internacionalmente. Una de las pocas excepciones es este alto-relieve del soldado caído, dedicado a los muertos de la Primera Guerra Mundial en su localidad natal de Banyuls. Sin embargo no renunció a la opción escultórica del desnudo. De cinco metros de largo por dos de alto, el panel central representa un soldado herido, dos veces el tamaño natural, reclinado sobre el codo derecho, con la mano izquierda sobre las rodillas plegadas. La figura del soldado caído o yaciente es un clásico de la estatuaria
occidental, que ya se encuentra desde el siglo V a.C. en postura similar en el frontón del
templo de Afaya en la isla griega de Egina.
templo de Afaya en la isla griega de Egina.
Era su do de pecho en materia de desnudo masculins. Lo imaginó expresamente para este punto del mar de Banyuls, contando con los dos telones del fondo del anfiteatro montañoso por un lado y el mar que realzaba la pieza por el otro. "Debe mirarse el monumento con el mar, con la línea de horizonte. Lo hice por eso. Quise que fuesen piedras sobre el mar", declaró a su amigo Henri Frère.
El tríptico de grandes bloques rectangulares en mármol gris tenía que ser como un altar civil. La pieza original, corroída por el salobre del mar y el azote del viento, fue trasladada en 1989 a un rincón menos expuesto, detrás del edificio del Ayuntamiento y de Correos, donde se halla actualmente. Una reproducción fundida en bronce figura en el punto de origen.
Las relaciones de Maillol con las autoridades de su pueblo natal, donde siempre residió en alternancia con París, no eran idílicas. Después del reconocimiento internacional, la localidad tardó mucho tiempo en contar en los espacios públicos con algún ejemplar de los tirajes de sus grandes obras, salvo la original de este Monumento a los Muertos. Ahora tiene media docena, y de las mejores.
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