El “Cagalibros” de Venecia oculta más cosas bajo su abrigo

Los venecianos le llaman cariñosamente il Cagalilbri porque la estatua del prócer Niccolò Tommaseo se aguanta mediante una pila de libros que parecen salir de debajo de la espalda del abrigo. La popularidad le viene dada por hallarse en el  Campo Santo Stefano, una de las plazas más amplias de la ciudad de los canales y punto de paso obligado entre el sector del Ponte dell’Accademia y la plaza mayor de San Marco. El zócalo de la estatua forma unos escalones que permiten tomar asiento y sentirse feliz, en una ciudad donde se camina mucho y los bancos escasean. Il Cagalibri se ha convertido en punto de cita, por ejemplo para “andare per ombre” o “fare il giro d'ombre” a la hora de la passegiata vespertina. No significa “caminar por la sombra” como podría parecer, sino ir de tapas. La ombra es en lengua veneciana el típico vaso de vino que acompaña el arte muy arraigado de los cichéti o tapas qie preparan en las tabernas tradicionales o
bacari (pronunciar bácari). La ruta de los mejores bacari es un tesoro escondido que los venecianos suelen guardar como botín particular.

Uno de los más conocidos se encuentra bajo la influencia del Cagalibri, el Bacaro Da Fiore en la callejuela Le Boteghe que parte de esta plaza, fácil de detectar por la cantidad de clientela local que la llena desde la propia calle (no deben confundirse con un Ristorante Da Fiore en la plaza de San Polo, con el que no mantienen relación comercial ni tarifaria).

El bacaro Da Fiore se caracteriza por el pescadito frito de primera calidad. La ombra o vaso de vino puede ser sustituida por el también tradicional spritz, vermut formado per prosecco (vino blanco espumoso), Campari (o bien Aperol o Cynar) y sifón. La artesanía del spritz está a la digna altura del resto, y a veces por encima.

No se preocupen si a la salida del “giro d’ombre” entreven el campanario románico de la iglesia de Santo Stefano más inclinado que la torre de Pisa. Es así en realidad, desde tiempo atrás.