La vida de Pablo Picasso se ha visto tan mitificada dentro de la historia del arte que hoy resulta difícil imaginar que también fue cotidiana, simplemente humana y acompañada por otros personajes que la mayoría de veces ya no se hallan entre nosotros, excepto su mujer Françoise Gilot, quien inaugura el próximo 2 de mayo una nueva exposición de sus propias pinturas en Nueva York, a los 91 años, junto a las del célebre ex marido, algunas de las cuales son retratos que este le hizo.
Françoise Gilot conoció a Picasso en París cuando el pintor tenía 61 años y ella 21. Vivieron juntos de 1943 a 1953 y tuvieron los dos hijos Claude y Paloma. Dice que es la única de las muchas
mujeres de Picasso que le dejó voluntariamente, la única que no fue abandonada por el pintor, y que tal vez por eso aun le defiende. Su libro de 1964 Mi vida con Picasso demostró que la bellísima joven no fue tan solo una musa o una modelo, a la vez que significó la ruptura del artista con ella y sus dos hijos. Otras dos compañeras de Picasso (Olga Kokhlova y Dora Mar) acabaron con problemas mentales tras la separación, dos más (Marie-Thérèse Walter y Jacqueline Rocque) se suicidaron. La única que le dejó sigue pintando y exponiendo a los 91 años, y defendiéndole.
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