La sanidad pública ha visto reducido su presupuesto un 25% durante los últimos diez años, dentro de la llamada política de austeridad y sus recortes. En paralelo la banca recibió un rescate reconocido de 60.000 millones de dinero público para tapar el agujero creado por su complicidad con la burbuja financiera e inmobiliaria. Era el modelo económico y político neoliberal triunfante. La crisis económica provocada por el desbarajuste financiero se cebó de forma descarada sobre las rentas bajas, las que tenían menos responsabilidad. En el mismo momento la Ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada por el Parlament de Catalunya en mayo de 2012 con los votos de CiU y PP estableció la prioridad de pagar a los bancos los intereses de la deuda, antes
que financiar el presupuesto de los servicios públicos. Los bancos cobraban de manera preferente, sin moratorias ni aplazamientos,mientras los servicios públicos y las entidades de servicios sociales se veían recortados.
que financiar el presupuesto de los servicios públicos. Los bancos cobraban de manera preferente, sin moratorias ni aplazamientos,mientras los servicios públicos y las entidades de servicios sociales se veían recortados.
Los gobiernos priorizaron todo lo contrario del gasto social. La economía financiera de burbujas especulativas y cláusulas abusivas se vio exenta de los efectos de la crisis que ella había causado. Los mercados prevalecieron por encima de los servicios públicos, en un país gobernado desde 2011 por el partido que sumaría más casos de corrupción de Europa o bien, en Catalunya, por otro partido con la sede social embargada para satisfacer la fianza judicial de un caso de corrupción pendiente de sentencia.
Los hechos del modelo económico y político triunfante han sido auténticamente demagógicos. La salida a la actual situación deberá tenerlo muy en cuenta.
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