El mármol del maestro de Cabestany y la mirada de Jaume Queralt

Un día pedí al amigo perpiñanés Jaume Queralt, recientemente fallecido, que fuésemos a contemplar el famoso tímpano románico que se encuentra en la iglesia de la pequeña villa de Cabestany, a seis kilómetros de Perpiñán, prácticamente integrada a la capital rosellonesa. Las iglesias parroquiales no solían interesarnos, pero el mejor arte románico del mundo sí. Tomé la foto adjunta de su mirada, que para mi contiene tanto valor como la obra cumbre del escultor llamado maestro de Cabestany. Acto seguido deambulamos por las calles de la villa, pasamos frente a la moderna arquitectura del Centro Cultural que lleva el nombre del cantante Jean Ferrat y,sobre todo ,nos dedicamos al principal objetivo del encuentro que era conversar entre
nosotros. Al mediodía acudimos al almuerzo que preparó Maria Queralt en el domicilio del matrimonio y por la tarde visitamos la nueva casa perpiñanesa de la amiga Dadà Barre, viuda del cantante Jordi Barre.

El famoso mármol de la foto, descubierto y estudiado a partir de 1932, dio nombre al escultor anónimo del siglo XII que dejó su rastro eminente desde el Languedoc hasta la Toscana. Otra de sus obras destacadas, de dimensiones más reducidas, es el relieve La aparición de Jesús a sus discípulos en el mar, arrancado en 1833 del portal mayor del monasterio abandonado de Sant Pere de Rodes, vendido posteriormente por 400 pesetas al poeta Carles Fages de Climent y readquirido en 1955 por el coleccionista Frederic Marés, tal como ha rastreado la historiadora Mariona Seguranyes.

Se le atribuyen asimismo los capiteles interiores del ábside de Sant Pere de Galligants (Girona) y de la iglesia de Sant Esteve d’en Bas (Olot). El escultor anónimo, identificado a través de sus obras, trabajaba en equipo y algunas de las piezas se adjudican al “Taller del maestro de Cabestany”. La más famosa és la de esta foto. Dio al personaje el nombre de esta villa donde se halla y provocó la mirada de Jaume Queralt que recuerdo con tanto detalle como el mármol del maestro.