Encerrados tras las alambradas en la arena desnuda de la playa en pleno mes de febrero, en el campo de concentración de Argelés y acto seguido los vecinos de Saint-Cyprien y Le Barcarés murieron de forma inhumana miles de refugiados republicanos españoles, que las autoridades francesas nunca contaron. Establecieron que durante la Retirada entraron en Francia por el Pirineo catalán 450.000 refugiados, la mitad civiles y la otra soldados. Tres cuartas partes de todos ellos ya habían regresado a España a finales de 1939. Pero nunca declararon cuántos murieron en los campos de concentrración, ni siquiera a través del registro de inhumaciones, si lo hubo, en los cementerios
municipales de la comarca. El 19 de febrero de 1939 el alcalde de Argelés informó al prefecto o gobernador de Perpiñán que el cementerio de la localidad solo podía acoger a 20 difuntos más. Se construyó un nuevo “cementerio de los españoles”, barrido materialmente por las inundaciones de octubre de 1940 y del que solo subsiste una pequeña parcela en memoria.
municipales de la comarca. El 19 de febrero de 1939 el alcalde de Argelés informó al prefecto o gobernador de Perpiñán que el cementerio de la localidad solo podía acoger a 20 difuntos más. Se construyó un nuevo “cementerio de los españoles”, barrido materialmente por las inundaciones de octubre de 1940 y del que solo subsiste una pequeña parcela en memoria.
Muchos años después, la historiadora Geneviève Dreyfus-Armand escribió en el libro El exilio republicano en Francia que sobre los muertos en el campo de concentración de Argelés “la cifra se sitúa sin duda en varios miles”, sin poder aportar más precisiones. El historiador Paul Preston apuntó en La Guerra Civil. Las fotos que hicieron historia: “Carecían de las instalaciones mínimas necesarias para ofrecer refugio, para la higiene o para cocinar, y las condiciones de vida eran aterradoras. En los primeros seis meses después del final de la guerra, 14.672 españoles murieron de desnutrición, disentería y enfermedades bronquiales”. El autor no precisa el origen del dato ni si se refiere a Argelés o al conjunto de campos de concentración de la zona.
También es cierto, debe reconocerse, que nunca se ha logrado establecer hasta hoy una evaluación concreta de los muertos de la Guerra Civil, a pesar de numerosos estudios. Las últimas investigaciones los sitúan entre 600.000 y 700.000: 300.000 soldados caídos en el campo de batalla, 200.000 ejecutados (140.000 por los franquistas y 60.000 por los republicanos, entre ellos 6.800 miembros del clero). El resto fueron víctimas civiles, cuando España contaba tan solo 24 millones de habitantes, la mitad que ahora.
El campo de Argelés fue clausurado provisionalmente a la llegada de la temporada turística de verano (los internos fueron transferidos al de El Barcarés) y abierto de nuevo en octubre, con un número mucho más reducido de 20.000 prisioneros: 14.000 hombres, 2.500 mujeres y 2.500 niños. Se vio muy afectado por las inundaciones de octubre de 1940 y pocos meses después cerró definitivamente. El de Saint-Cyprien cerró en octubre de 1941. El del Barcarés, en verano de 1942. No se habló más del número de muertos que se produjeron en aquellos recintos.
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