12 ene 2016

Rehacer la obra completa de Bernanos, dinamismo editor y vigor cultural

Seguir calificando com displicencia a la gran colección francesa de obras completas de La Pléiade como panteón de las letras universales se revela hoy más que nunca un error expeditivo, resentido y muy esquemáticamente antiburgués, con motivo de la reciente aparición de la nurva edición de las del novelista Georges Bernanos. En vez de reeditar tranquila y rentablemente la primera versión de 1961, La Pléiade ha decidido reformar la obra completa de Bernanos de arriba a abajo con los nuevos conocimientos disponibles desde entonces. El volumen dedicado a las doce novelas publicadas por el autor se
ha desdoblado ahora en dos tomos, para dar cabida a las revisiones derivadas de los nuevos conocimientos sobre las manipulaciones que sufrieron las primeras ediciones, contextualizarlas con nuevas presentaciones basadas en la información actual y sumarles cartas, entrevistas, conferencias y retratos literarios escritos por terceros que aclaran con la luz de hoy una obra completa aparentemente fijada desde 1961. La decisión editorial merece ser aplaudida y causa cierta envidia.
Aquí han sido precisos sesenta años antes de que los editores hayan sido capaces de revisar con un mínimo de decencia El cuaderno gris de Josep Pla, que desde el primer momento de su aparición en 1966 se sabía cargado de más 500 erratas tipográficas, de transcripción del manuscrito o de ultracorrección. La tarea realizada por el filólogo Narcís Garolera no se ha visto acompañada en este caso por la contextualización que acabo de enumerar de las obras completas de Bernanos en La Pléiade. 
Georges Bernanos es conocido sobre todo por su detonante toma de posición frente a la Guerra Civil española en la novela Los grandes cementerios bajo la luna. De hecho Bernanos no fue a sumergirse en la Guerra Civil como Malraux o Hemingway. Él ya estaba. Desde 1934 vivía en Mallorca con la mujer y los seis hijos, mientras escribía a tanto la página sus novelas para el editor parisino Plon. En marzo del 1936 acababa de publicar una de las más exitosas, considerada como su obra maestra, el Diario de un cura rural, terminada de escribir en Palma de Mallorca. 
Era conocido como católico conservador, a pesar de haber roto con la derecha militante de Charles Maurras y la Action Française. Su postura ante la Guerra Civil fue una bomba completamente inesperada. El 5 de junio del 1936, antes del Alzamiento, ya publicó en el semanario de los dominicos franceses Sept un articulo titulado “Los católicos se equivocan”, a propósito de la política del avestruz de los correligionarios ante la II República española. 
Sería el embrión de su gran libro sobre la contienda española, en el que denunció el salvajismo de la sublevación franquista y al mismo tiempo “una sociedad que cuando sus asuntos le van maldados no conoce otra salida real que exterminar a los pobres”. El libro se publicó en Francia en abril de 1938 con gran impacto, recibido como un panfleto contra la actuación del conservadurismo francés y español.

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