La multinacional italiana FICSA de prospecciones subterráneas de interés petrolífero obtuvo en 1963 el permiso de perforar en la finca Can Quintana, entre los términos municipales de Jafre, Garrigoles y Colomers (Baix Empordà). No encontró petróleo, pero sí agua termal sulfurosa y humeante que llenó la alberca con paredes de hormigón abandonada por los exploradores en 1980. La piscina libre, la antigua poza de la FICSA, se convirtió en foco de atracción de visitantes que le atribuyeron propiedades mineromedicinales, curativas. El propietario de la finca le echó dos camiones de grava con la intención de truncar el peregrinaje, sin
embargo el agua termal siguió aflorando. Arraigó la costumbre popular y gratuita de acudir al lugar. Reunía a bañistas casi las 24 horas del día, en verano y en invierno, incluso como after-hours después del horario de las discotecas. El emprendedor de turno imaginó crear una factoría de cría industrial de algas.
embargo el agua termal siguió aflorando. Arraigó la costumbre popular y gratuita de acudir al lugar. Reunía a bañistas casi las 24 horas del día, en verano y en invierno, incluso como after-hours después del horario de las discotecas. El emprendedor de turno imaginó crear una factoría de cría industrial de algas.
En 1991 la poza fue obturada con hormigón, en cumplimiento de la normativa que obliga a tener cerrados los acuíferos que no se usan legalmente. Pero el agua termal rebrotó y el público también.
El año 2000 la promotora Prestige Hotels de Josep Moyano, propietario de varios hoteles en Roses y Barcelona, se mostró interesada en construir allí un balneario de lujo en asociación con el grupo hotelero asiático Six Senses. Compró terrenos, preveía invertir 30 millones de euros y abrirlo en 2007 como centro de referencia europeo para el turismo de alto poder adquisitivo, con un centenar de puestos de trabajo directos, que era como decir medio pueblo de Jafre.
El proyecto inmobiliario se vio recortado por la Comisión de Urbanismo de Girona. La construcción arrancó a pesar de todo. Hoy es un poblado fantasma de edificios a medio construir, degradados, ein puertas ni ventanas. La promotora entró en concurso de acreedores con una deuda de 48 millones de euros. El complejo abandonado fue adquirido en subasta en 2013 por 9,5 millones de euros. Ahora es propiedad en un 44% del Banco Popular, un 38% del Banco de Sabadell y un 18% del Instituto Catalán de Finanzas. Entre todos no han sabido qué hacer con él.
La surgencia espontánea de agua termal tornar ha sido tapada desde el mes de agosto pasado por los servicios municipales, para evitar problemas de salud pública. Otra manera más práctica de evitarlos hubiera sido habilitar una mínima estructura de acceso, como han hecho en los magníficos baños termales al aire libre del pequeño municipio de Dorres, en la Alta Cerdaña (Francia), con estacionamiento para los coches, vestuarios, pavimento, barandillas, por un precio de 5 € la entrada.
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