Este año se conmemora el 50 aniversario del estreno de la legendaria película “Cleopatra”, el 12 de junio de 1963 en Nueva York y el 2 de diciembre siguiente en Barcelona. Yo era pequeño, pero el impacto de aquella producción hollywoodiense quedó marcado en mi retina infantil por un hecho colateral. La promoción del film situó un inmenso mural del cartel en la valla del céntrico solar en construcción del Paseo de Gracia esquina con la calle Rosellón, frente a la concurrida cafetería Samoa. Las las dimensiones de la valla publicitaria pintada sobre la pared del solar hicieron que el escote de Elizabeth Taylor, majestuosamente reclinada,
quedase en una posición visual muy centrada, a la altura de la vista de los numerosos peatones. En realidad el protagonismo de Liz Taylor actuaba de principal atractivo comercial de la película y la actriz nunca escondió el interés de su escote, sobre el que se inclinaban Julio César, Marco Antonio, los espectadores y los peatones en general.
quedase en una posición visual muy centrada, a la altura de la vista de los numerosos peatones. En realidad el protagonismo de Liz Taylor actuaba de principal atractivo comercial de la película y la actriz nunca escondió el interés de su escote, sobre el que se inclinaban Julio César, Marco Antonio, los espectadores y los peatones en general.
Tras pocos días de quedar instalada la valla en la céntrica esquina barcelonesa, el escote de la actriz apareció recubierto con violentos brochazos de alquitrán y la palabra “DECENCIA” garabateada en grandes letras. La caverna puritana, entonces plenamente en el poder, mostraba su influencia activa en la vida pública. El cartel censurado de aquel modo se mantuvo durante largos meses en su sitio. La pintada también, al mismo tiempo que incrementaba la cantidad de espectadores que corrían a ver la película y sus atractivos, abiertamente planteados desde el propio cartel oficial. La superproducción dirigida por Joseph L. Mankiewicz alcanzó cuatro Oscars, pero eso es menos recordado por el amplio público y por las retinas infantiles que el punto focal de la protagonista. Por cierto, la Academia de Hollywood vuelve a pedir decencia en la vestimenta de las actrices asistentes a la próxima ceremonia de conceción de los Oscar. A veces, para algunas cosas, el tiempo no pasa.
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