Veo en el diario de hoy un anuncio de la agencia de viajes de El Corte Inglés que ofrece fines de semana en Lourdes por 350 €, con salidas los viernes de abril, mayo y junio. El precio, en habitación doble y pensión completa, incluye ida y vuelta del viaje en AVE a Zaragoza y en autobús hasta el santuario. El problema, que no cita el anuncio, es que en Lourdes ya no se producen milagros. A pesar de todo es el segundo santuario de peregrinación más concurrido del catolicismo desde las apariciones de la Virgen en 1858: cinco millones de visitantes anuales en un
municipio de 15.000 habitantes y 400 hoteles. Su industria turística, en los Pirineos centrales franceses, no puede permitirse el lujo de perder ritmo de producción de milagros reconocidos por el Vaticano, pero el Vatiocanbo es el primer santuario más visitado y siente celos de la competencia. La jerarquía romana no ha reconocido ningun acuración milagrosa en Lourdes desde 1965 y solo ha avalado 68 a lo largo de la historia del santuario francés. Entre las apariciones de la Virgen en 1858 y el año 1958, reconoció 65 de ellas en este lugar, pero desde entonces ha echado el freno y tan solo ha certificado tres más, la última hace casi cincuenta años. Este magro balance, pese al aumento incesante de peregrinos, ha llevado a los responsables locales a insistir en la figura del “milagro alegado”, es decir transmitido de boca en boca sin que los beneficiarios hayan querido iniciar el largo procedimiento del reconocimiento canónico, truncado durante las cinco últimas décadas. Los miles de “milagros alegados” o "curaciones inexplicables" han sido para las aguas del lugar una salida de compromiso, una solución al baño maría para los viajes a Lourdes, ahora de oferta en El Corte Inglés.
municipio de 15.000 habitantes y 400 hoteles. Su industria turística, en los Pirineos centrales franceses, no puede permitirse el lujo de perder ritmo de producción de milagros reconocidos por el Vaticano, pero el Vatiocanbo es el primer santuario más visitado y siente celos de la competencia. La jerarquía romana no ha reconocido ningun acuración milagrosa en Lourdes desde 1965 y solo ha avalado 68 a lo largo de la historia del santuario francés. Entre las apariciones de la Virgen en 1858 y el año 1958, reconoció 65 de ellas en este lugar, pero desde entonces ha echado el freno y tan solo ha certificado tres más, la última hace casi cincuenta años. Este magro balance, pese al aumento incesante de peregrinos, ha llevado a los responsables locales a insistir en la figura del “milagro alegado”, es decir transmitido de boca en boca sin que los beneficiarios hayan querido iniciar el largo procedimiento del reconocimiento canónico, truncado durante las cinco últimas décadas. Los miles de “milagros alegados” o "curaciones inexplicables" han sido para las aguas del lugar una salida de compromiso, una solución al baño maría para los viajes a Lourdes, ahora de oferta en El Corte Inglés.
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