Ayer asistí a la boda de mis amigos Horacio Gaggioli e Isabel López Torres, organizada en la céntrica casa-palacio Moxó de la plaza Sant Just de Barcelona (Barrio Gótico), en la que no había entrado nunca. Comenzada a construir en 1770, se trata de una de las pocas casas-palacio barrocas barcelonesas que conserva el mobiliario y el interiorismo originales, fastuosos. Todavía es la residencia barcelonesa de los marqueses de Sant Mori, título nobiliario creado en 1893 por la reina regente María Cristina de Austria, madre de Alfonso XIII, a favor de la terrateniente de la baronía de Sant Mori (Alt Empordà), María Mercedes de Sentmenat. El título y las propiedades pasaron al hijo Francisco de Moxó, casado con Francisca Güell y
López, hija de los condes de Güell. El siguiente marqués de Sant Mori, nieto de la primera marquesa, se enriqueció con la venta de los terrenos de la baronía para la construcción de la marina residencial Empuriabrava. El bisnieto y actual marqués, propietario de la casa y del castillo ampurdanés de Sant Mori, pone en alquiler las dependencias para celebraciones como la de ayer.
López, hija de los condes de Güell. El siguiente marqués de Sant Mori, nieto de la primera marquesa, se enriqueció con la venta de los terrenos de la baronía para la construcción de la marina residencial Empuriabrava. El bisnieto y actual marqués, propietario de la casa y del castillo ampurdanés de Sant Mori, pone en alquiler las dependencias para celebraciones como la de ayer.
El interior de la casa-palacio barroca es sin duda despampanante, incluso demasiado para mi gusto, pero me sentí muy feliz por la oportunidad de compartir la celebración con tantas amistades. Mientras una parte de la concurrencia bailaba en la planta baja, algunos montamos en el patio interior o llotgeta del palacio una corta “guitarreada” (Horacio Gaggioli es argentino), durante la que el hermano del novio, Jorge Gaggioli, ofreció una fabulosa interpretación de la zamba “Bajo un sauce solo”, letra de Manuel José Castilla y música de Rolando “Chivo” Valladares, acompañado a las demás guitarras por el propio Horacio Gaggioli, Juan Carlos López y Luis Rajmil: “No sé porqué desando viejos caminos, sabiendo que son otros nuestros destinos”...
De la boda me gustó todo, aunque muy en especial esta zamba y la suma de afectos que significaba.
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