El 26 de abril del 1937, mañana se cumplen ochenta años, se produjo el bombardeo de la población civil de Gernika por la aviación alemana aliada con Franco. Sesenta aviones lanzaron 40 toneladas de bombas en tres horas y causaron 2.000 muertos. Gernika se convirtió en símbolo de la barbarie, cuando todos ignoraban todavía que la salvajada estaba llamada a subir muchos grados. El cuadro encargado por el gobierno de la República a Picasso para el Pabellón de España en la Exposición Universal de París del verano de 1937 simbolizó aquel horror aun incipiente. El sanguinario ensayo de Gernika se reprodujo sobre Barcelona por parte de la aviación italiana, también aliada con Franco. Su acción no se concentró en un solo día como en la localidad vasca, sino a lo largo de
meses seguidos, con un balance de 2.500 muertos, de los 4.000 registrados en el conjunto de Catalunya por los bombardeos franquistas. Más aun que en Gernika, aunque repartidos en el calendario bélico. La madre y la hermana de Picasso vivían en la Barcelona bombardeada.
meses seguidos, con un balance de 2.500 muertos, de los 4.000 registrados en el conjunto de Catalunya por los bombardeos franquistas. Más aun que en Gernika, aunque repartidos en el calendario bélico. La madre y la hermana de Picasso vivían en la Barcelona bombardeada.
En enero de 1938 la ciudad sufrió bombardeos italianos los días 1, 7, 11, 15, 19, 20, 25 y 30, con 600 muertos. El del día 30 de enero sumó cerca de 200 muertos, en tres razias aéreas entre las nueve y las doce del mediodía en los alrededores del Palau de la Generalitat, la catedral y la iglesia de Sant Felip Neri, donde perecieron 42 personas que se habían refugiado en el templo, la mayoría niños.
Los más aterradores estaban por llegar, los días 16, 17 y 18 de marzo de 1938. El día 17 una de las bombas hizo saltar un camión cargado de explosivos en el cruce de Granvia y Balmes, cerca de donde ahora se alza un raquítico monumento en memoria, delante del teatro-cinema Coliseum. En aquellos tres días del mes de marzo el balance fue de 875 barceloneses muertos.
En vísperas de Navidad de 1938 el nuncio del Vaticano en España, monseñor Gaetano Cicognani, se entrevistó en Burgos con Franco para plantearle la posibilidad de una tregua navideña. No hubo tregua. El 31 de diciembre los trimotores italianos machacaron una vez más el centro urbano barcelonés en cuatro ataques aéreos sucesivos.
La foto adjunta fue tomada por Robert Capa durante los bombardeos sobre la población civil de Barcelona, más mortíferos que el de Gernika.
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