30 jul 2020

El honor arquitectónico pendiente de los bancales de piedra seca

Una de las edificaciones humanas más admirables y menos valoradas son los bancales de piedra seca que convierten las pendientes abruptas del terreno en terrazas aprovechables de rellanos escalonados, hasta esculpir el paisaje con un sentido utilitario y formar una trama estructurada en red, pentagramada por las rayas líticas. Son las “catedrales de los pobres”, en expresión de Lluís Foix en el libro El que la terra m’ha donat. Para conmemorar el segundo aniversario de la declaración de esta tènica como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, del 23 al 29 de noviembre próximo tendrá lugar una Semana de la Piedra Seca en colaboración con numerosas entidades del territorio. El
peso de las piedras encajadas sin cemento ni ningún otro aglomerante, solo con el relleno de piedra menuda para colmar los vacíos, calza la presión de la tierra que soporta cada bancal.
No es cierto que sea una técnica esencialmente mediterránea. Resulta habitual también en el Atlántico, por ejemplo en las laderas del tramo portugués del río Duero, hasta la orilla del agua. En Inglaterra remonta igualmente a la antigüedad y uno de los principales tratados en la materia a escala internacional es el de Alan Brooks Dry Stone Walling (British Trust for Conservation Volunteers Ltd. Londres, 1977).
La inusitada extensión de seis mil kilómetros de bancales de piedra seca en todas las laderas de la comarca vinícola de Banyuls y Collioure impresiona por la extensión panorámica. Actualmente las versátiles excavadoras de pequeñas dimensiones que reciben el nombre de pala-araña “robotizan” una parte de la labor, aunque el arte de encajar las piedra sigue requiriendo una sabiduría y una habilidad manual heredadas.
Josep Pla captó el sudor acumulado durante siglos en estos bancales de supervivencia aparentemente raquíticos, dominados por la tenacidad de hombres y mujeres que luchaban contra la abrasión del tiempo con los medios a su alcance, alzados contra la fatalidad de los elementos que ellos tenían la osadía de no considerar inexorables. Escribió en Notes disperses: “Este fue un país de viñas. Las viñas lo construyeron. En seguida que la tierra describe una ondulación, hay una pared seca –una pared seca hecha por un hombre oscuro, desprovisto de la noción del tiempo, que ligó las piedras, hizo un escalón y plantó la viña”.

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