26 ene 2020

La maravillosa historia de la evolución en la mísera choza de Palau Saverdera

A las afueras de Palau Saverdera, entre el golfo de Roses y el cabo de Creus, se ve unas mísera choza que en realidad valen su peso en oro porque evoca una prehistoria milenaria y decisiva. Se trata de la reconstrucción del poblado megalítico de Ca n’Isach. Los actuales carteles explicativos del espacio gestionado por la entidad Vía Pirena intentan resumirlo, puesto que entender la prehistoria exige una visión abierta de compás. La humanidad abandonó la prehistoria para entrar en la historia al hacer aparición los documentos escritos, lo que se produjo en las costas orientales del Mediterráneo a partir del año 3000 aC con el nacimiento de ciudades, civilizaciones e imperios: sumerios de Babilonia, minoicos de Creta, micénicos de
una parte de Grecia o fenicios de la costa del Levante, todos ellos dos milenios antes que griegos y romanos.
En cambio en nuestro Mediterráneo occidental las cosas iban más lentas y la prehistoria se alargó. Aquí el poblamiento de grupos dispersos no constituía ninguna unidad humana. Con el sistema moderno del carbono 14 para datar hallazgos prehistóricos ahora sabemos que el poblado de Ca n’Isach vivió tres fases de ocupación entre el año 4700 aC y el 2700 aC. Formó un conjunto compacto de cabañas con rastros de cultivos animales (ovejas, cabras, bovinos domésticos), cisternas de agua y silos de grano. Los grupos cavernícolas de cazadores-recolectores se habían convertido en granjeros sedentarios.
En la comarca del Alt Empordà se registra una concentración de monumentos megalíticos (dólmenes y menhires) que manifiestan el arraigo de aquellos grupos humanos que los construyeron como punto de referencia simbólica y para honrar a sus muertos. Aquellas comunidades prehistóricas ya tenían producción artística: cerámicas decoradas, pinturas murales, incluso primeras esculturas como la Venus de Gavà (hallada en las mines neolíticas de Gavà), que la prueba del carbono 14 data entre el año 4000 y el 3750 aC.
En una etapa posterior, hacia el 700 aC se produjeron los primeros contactos e intercambios ocasionales con navegantes mediterráneos mucho más avanzados. Primero fenicios y etruscos, acto seguido los griegos, que se instalaron a partir del año 575 aC en Empúries. Los ocupantes militares romano desembarcaron por primera vez el año 218 aC, también en Empúries.
Etruscos, fenicios y con mayor constancia griegos y romanos encontraron aqu es van avenir a comercuar.a po¡a feia dos mil anys que existia í tribus interesadas en intercambiar, incluso en cohabitar como en Empúries. Al desembarcar los griegos ya llevaba dos mil años existiendo a pocos kilómetros hacia el interior la ciudad ibera de Ullastret, de unos seis mil habitantes sólidamente amurallados, rodeados de lagunas y marismas navegables. Dicho de otro modo, ya llevaban dos mil años evolucionando a pasos agigantados las míseras chozas del poblado prehistórico de Ca n’Isach. (foto Josep M. Dacosta)

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