Los reyes en el palco de Mestalla durante la pitada |
Con ocasión de la final de la Copa del Rey de futbol en mayo de 2009 en el campo neutral del estadio valenciano de Mestalla entre el Athletic de Bilbao y el FC Barcelona, los 52.000 seguidores vascos y catalanes que lo llenaban se sumaron a la pitada más sonora y multitudinaria que se recuerda contra la llegada de los reyes Juan Carlos y Sofía al palco presidencial y la interpretación del himno nacional español antes
de comenzar el partido. Las dimensiones del hecho trajeron cola. En mayo próximo vuelven a enfrentarse los dos mismos equipos en la final de la misma competición, presidida tradicionalmente por los monarcas. Se ha empezado a hablar profusamente de la reedición de la pitada.
El periodista de COMRàdio Sergi Mas ha ironizado por escrito en Twitter: “Vale más que vaya Urdangarín al palco de la final: es vasco y jugó en el Barça. Ovación asegurada"...
Ironías a parte, me pregunto cómo solventarán esta vez la situación. Los reyes están curados de espantos y esas cosas forman parte del oficio, pero para los demás españoles oír y ver cómo se abuchea el himno de forma tan masiva por parte de vascos y catalanes no deja de hurgar en la herida.
Los seguidores que acuden a los estadios no se avienen a razones protocolarias ni a sensibilidades razonables. Van a expresarse masivamente, como no pueden hacerlo en demasiados otros lugares. La pitada también forma parte de sus sentimientos reales. Una manera de mostrar inteligencia cívica de parte de todos sería no someterles como si nada a la situación de la que se conocen los resultados por adelantado.
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