18 may 2012

La tentación lasciva de los “cannoli” sicilianos

Los canalones dulces o “cannoli” son una tentación lasciva en cualquier cafetería siciliana. No resultan fáciles de comer, en el sentido mecánico del acto. Servidos en un plato, es preciso romper con el cuchillo el cilindro de galleta sin aplastar el relleno e incurrir como consecuencia en el peligro de salpicarse de ricotta. Si se adopta la costumbre de comer el “cannolo” con los dedos, de pie en la barra de la cafetería, la pequeña servilleta de papel con que lo ofrecen no alcanza a absorber la ricotta que sobresale del canuto ni preserva tampoco del azúcar en polvo del revestimiento, el cual acaba
fatalmente enharinando la ropa del consumidor, sin posibilidad de sacudirlo con los dedos pringados. Los “cannoli” son un arte en más de un sentido, por ese punto de habilidad del consumidor que requieren o, en su defecto, por el sentimiento de culpa de quien no haya logrado al grado necesario de desenvoltura al mancharse.

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