Hoy el diario La Vanguardia habla en dos ocasiones distintas de Carlos Gardel. En primer lugar se hace eco del concierto recién dirigido en Buenos Aires por el veterano director de fama mundial Zubin Metha, al frente de la orquesta sinfónica del Magggio Musicale Fiorentino. El maestro quiso cerrar la velada con un “bis” inesperado: la versión sinfónica del tango “Por una cabeza”, popularizado por Carlos Gardel. No se dio de menos, tras un repertorio que acababa de incluir la obertura de Egmont, de Beethoven, fragmentos de Puccini, Mascagni, Dvorak, Brahms y Bizet, así como el célebre Adaggieto de la Quinta sinfonía de Mahler. El concierto popular, con entrada gratuita, deseaba repetir el éxito del que dirigió el año 2010 al aire libre en la céntrica plaza porteña del Obelisco ante 30.000 personas, pero las fuertes lluvias obligaron a trasladarlo esta vez a un equipamiento cultural del barrio de La Boca, con un aforo de 1.200 espectadores, quienes ovacionaron el reconocimiento sinfónico al tango y a Gardel. En segundo lugar, La Vanguardia dedica también hoy
un reportaje retrospectivo a la figura de la mecenas barcelonesa Isabel Llorach. Entre muchas otras iniciativas culturales, fue la organizadora del recibimiento dispensado por parte de la alta sociedad de Barcelona a Carlos Gardel a raíz de su debut europeo como cantante de tangos, en el Teatro Goya de esta ciudad el 10 de noviembre del 1925. El recibimiento consistió en una cena social de bienvenida en el prestigioso restaurante Ribas de la Casa Llibre de la Granvía (actual hotel Avenida Palace). Pocos días después del debut, Gardel cantó en la fiesta convocada por Isabel Llorach con motivo de su onomástica en el domicilio de la calle Muntaner núm. 265. Pocos cantantes desaparecidos como él en 1935 salen actualmente en el diario del día por partida doble. Pero es que “Gardel cada día canta mejor”, como todo el mundo sabe.
un reportaje retrospectivo a la figura de la mecenas barcelonesa Isabel Llorach. Entre muchas otras iniciativas culturales, fue la organizadora del recibimiento dispensado por parte de la alta sociedad de Barcelona a Carlos Gardel a raíz de su debut europeo como cantante de tangos, en el Teatro Goya de esta ciudad el 10 de noviembre del 1925. El recibimiento consistió en una cena social de bienvenida en el prestigioso restaurante Ribas de la Casa Llibre de la Granvía (actual hotel Avenida Palace). Pocos días después del debut, Gardel cantó en la fiesta convocada por Isabel Llorach con motivo de su onomástica en el domicilio de la calle Muntaner núm. 265. Pocos cantantes desaparecidos como él en 1935 salen actualmente en el diario del día por partida doble. Pero es que “Gardel cada día canta mejor”, como todo el mundo sabe.
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