Los pisos de realquilados, un fenómeno característico de la mísera posguerra, ha regresado de la mano de la actual crisis económica. Adoptan otros nombres, pero la base es la misma. En casos extremos de los inmigrantes más desamparados se denominan pisos-patera. Pero también cada vez más la clase media, de ingresos económicos amputados, alquila por días a turistas, a través de Internet, habitaciones de la propia vivienda. Entonces se llama bead and breakfast. Barcelona superó el año pasado todos los récords, con 7’4 millones de visitantes reconocidos por los organismos del ramo. Los hoteles de la ciudad han
pasado de 118 establecimientos el año 1990 a 350 hoy, y de 18.000 plazas hoteleras a 70.000, con una ocupación media del 77 %. El Ayuntamiento ha revocado la moratoria de nuevas plazas hoteleras en el distrito central de Ciutat Vella, tal como pedían los hoteleros frente a la oposición de los vecinos. Pese al espectacular incremento de plazas horteleras oficialmente censadas, hay visitantes de muchos tipos y muchos presupuestos. Los hoteles y apartamentos regulados no son baratos y cada cual mira de ganarse la vida como puede, sobre todo cuando no queda más remedio.
pasado de 118 establecimientos el año 1990 a 350 hoy, y de 18.000 plazas hoteleras a 70.000, con una ocupación media del 77 %. El Ayuntamiento ha revocado la moratoria de nuevas plazas hoteleras en el distrito central de Ciutat Vella, tal como pedían los hoteleros frente a la oposición de los vecinos. Pese al espectacular incremento de plazas horteleras oficialmente censadas, hay visitantes de muchos tipos y muchos presupuestos. Los hoteles y apartamentos regulados no son baratos y cada cual mira de ganarse la vida como puede, sobre todo cuando no queda más remedio.
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