Miles de usuarios de TripAdvisor, uno de los principales sitios web mundiales de viajes, opinan en una encuesta realizada el presente año que el paraíso terrenal se encuentra en la diminuta isla siciliana de Lampedusa y que su recóndita y desierta playa del Coniglio, de aguas turquesa y arena blanca, es la mejor del mundo. Miles de inmigrantes ilegales que llegan medio muertos desde Túnez y Libia a bordo de pateras infames piensan exactamente lo contrario, detenidos en recintos improvisados en esta isla cuatro veces menor que Formentera. Pertenece a Italia pero está más cerca de la costa africana que de nadie. Lampedusa se obstina
en salir en los periódicos por la capacidad de reunir los dos polos de la desigualdad social creciente en un territorio tan reducido. También por eso será visitada oficialmente el próximo lunes 8 de julio por el papa Francisco, proclive a algunos gestos simbólicos. Lanzará al mar una corona de flores en memoria de los miles de muertos de las pateras y acto seguido cederá de nuevo el paso a los turistas y a las pateras, debidamente separados.
en salir en los periódicos por la capacidad de reunir los dos polos de la desigualdad social creciente en un territorio tan reducido. También por eso será visitada oficialmente el próximo lunes 8 de julio por el papa Francisco, proclive a algunos gestos simbólicos. Lanzará al mar una corona de flores en memoria de los miles de muertos de las pateras y acto seguido cederá de nuevo el paso a los turistas y a las pateras, debidamente separados.
Para cualquier persona instruida, el nombre del lugar evoca igualmente la gran novela El gatopardo, del siciliano Giuseppe Tomasi di Lampedusa, cuya familia era originaria de esta isla. No vio su obra publicada, rechazada por las principales editoriales italianas, en las que reinaba entonces otro estilo de realismo social. Apareció de forma póstuma en 1958, un año después de su muerte, con éxito fulminante y traducciones inmediatas a numerosas lenguas. La recordada adaptación cinematográfica de Luchino Visconti llegó en 1963.
Para entender Sicilia e Italia se tiene que haber leído El gatopardo. Para entender esta novela se tiene que haber leído el trabajo del crítico literario y novelista Miquel Pairolí titulado El príncep i el felí. Una lectura d’El guepard (Pagès Editors, 1996). Con un lenguaje transparente como el sol siciliano, proyecta una luz decisiva sobre el trasfondo social que devuelve tan obstinadamente a la diminuta isla de Lampedusa a las páginas de actualidad, hasta hoy mismo, por motivos polarizados que han cambiado poco.
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