4 sept 2013

Las cifras lapidarias del gran negocio del fútbol y una idea de Josep Pla

La descomunal deuda de los clubs de fútbol en impuestos a Hacienda y a la Seguridad Social que los demás ciudadanos debemos pagar puntualmente lo financian los bancos que niegan créditos a pequeños empresarios y clientes que consideran sin aval suficiente. El Barça reconoce en sus cuentas una deuda de 331 millones de euros, pero los bancos le permiten fichar a un nuevo jugador, el brasileño Neymar, por 57 millones que abonará en tres años. En el mismo momento el Real Madrid acumula una deuda de 600 millones de euros y ha pagado al contado y de una sola vez 101 millones por el jugador galés Gareth Bale, que no era pretendido por ningún otro club europeo, solo para intentar eclipsar el fichaje de Neymar. El club
blanco ha gastado más de 1.000 millones de euros en fichajes de jugadores y entrenadores desde que llegó a la presidencia el año 2000 el empresario constructor Florentino Pérez, y solo ha ganado una Champions y tres ligas.
De los 57 millones del Barça por Neymar, 26 son comisiones para familiares y empresarios que gestionan sus contratos, y el resto para el club brasileño de procedencia. El actual presidente del Barça, el hombre de negocios Sandro Rossell, fue directivo de la multinacional Nike en Brasil. La nueva estrella azulgrana llega del país en que se disputó este verano la mundial Copa Confederaciones y donde centenares de miles de ciudadanos se manifestaron en la calle con pancartas de “No necesitamos Copa del Mundo, necesitamos educación”. 
A sus 21 años, Neymar ingresó la temporada pasada 22,5 millones de euros (el 69 % por derechos de publicidad) y ya es el quinto futbolista más rico del mundo después de David Beckam (35,9 millones de euros ingresados el pasado año), Leo Messi (31,4 millones) y Cristiano Ronaldo (33,5 millones), según la lista que publica cada año la revista Forbes. El primer futbolista mejor pagado se sitúa tan solo en octava posición de una lista que encabezan el golfista Tiger Woods (59,5 millones), el tenista Roger Federer (54,4 millones) y los jugadores de baloncesto de la NBA Kobe Bryant (45,5 millones) y Lebron James (también 45,5 millones). 
El Barça ha declarado 32 millones de euros de beneficios durante el ejercicio fiscal 2012-2013 (el anterior fueron 49 millones), pero solo ha dedicado 3 a reducir su deuda reconocida de 331 millones. Los beneficios derivan del patrocinio del emirato de Quatar, no de las cuentas de explotación, dado que las entradas para ver a esos jugadores estelares son cada vez más caras y el estadio no se llena. Los seguidores que deseen verlo por televisión se tienen que abonar a canales privados de pago. 
Los derechos de televisión. ute reconegut molions el seu nomde ciutadans van manifestar-se al carrers. der seuport Banyoles, Matamala, desconegut per significan 160 millones de euros cada año para el Barça y la misma cifra para el Real Madrid. La mayoría de los demás clubs de primera división se limitan a 18 millones. La diferencia acumulada durante las últimas diez temporadas es de 1.000 millones para los dos primeros y 100 para el resto, siendo mucho menor en las ligas de otros países europeos. En España los derechos de televisión se negocian individualmente entre cada club y las empresas privadas de televisión de pago, dentro de las que despunta la barcelonesa Medriapro, sin intervención reguladora de la Liga Profesional ni de ningún organismo público. 
En la Liga BBVA española de Primera División de futbol, 11 clubs (más de la mitad) se encuentran en concurso de acreedores por las deudas acumuladas, que ascienden en conjunto a 3.600 millones de euros. La brecha entre ricos y pobres en el gran negocio del futbol se acentúa, igual como las desigualdades en la sociedad en general. El moderado diario barcelonés La Vanguardia le dedicaba un comentario editorial este 3 de septiembre, que concluía con la frase: “El fútbol a veces parece el ejemplo de un mundo que evoluciona hacia la disparidad”.
Josep Pla escribió en verano de 1954 en el semanario Destino, tras asistir en Suiza a los partidos del Mundial de Futbol: "Creo que sería un gran bien para el ennoblecimiento de todas las formas del deporte en nuestro país que al periodismo deportivo se dedicasen los periodistas más inteligentes,  independientes y formados. Ellos tienen en buena parte la culpa de este siniestro carnaval colectivo de ínfima categoría que tantas energías y posibilidades distrae a empresas infinitamente más decisivas e importantes. Sería de gran urgencia que se empezase a decir la verdad, costase lo que costase: quiero decir que convendría aclarar un poco los cráneos de miles y miles de ciudadanos intoxicados por el aldeanismo más recalcitrante, el apasionamiento más chato, la ignorancia más petulante".
El artículo fue incorporado al volumen 36 de su Obra Completa, Per passar l'estona, bajo el título "Remate del fútbol". 

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