3 mar 2015

La exposición del mediterráneo Dufy debe ir a verse a Madrid

La magna exposición de 93 obras del pintor francés Raoul Dufy, tan vinculado al sur mediterráneo y a algunos artistas catalanes de la época, acaba de abrir en el Museo Thyssen-Bornemisza madrileño y no en Barcelona, dentro de la costumbre consolidada en los últimos años. Se llama montar una exposición, no solo acogerla de paso dentro de una gira organizada por otros. Nacido en 1877 en Le Havre, en la atlántica Normandía, Dufy frecuentó desde 1903 el sur para descubrir el color meridional siguiendo del rastro de Cézanne, de Matisse y de su amigo de París Arístides Maillol, el pintor y escultor catalán de Banyuls que pasaba la mitad del año en la capital francesa y la otra
mitad en la localidad natal. En 1911 Dufy se casó con Eugenia Brisson, una muchacha de Niza. A partir de 1923 colaboró con el ceramista catalán Llorenç Artigas, con quien realizó unas 200 piezas.
La progresiva artritis padecida desde 1937 le llevó con frecuencia a los balnearios de Amélie-les Bains (Vallespir) y más adelante a Caldes de Montbui por recomendación de Manolo Hugué, a quien también conocía de París. En 1948 llevó a cabo una de sus estancias en Collioure, donde pintó en el libro de honor del hotel de los Templiers la acuarela con la leyenda “Collioure sans voiles est un soir sans etoiles”, convertida con el paso de los años en divulgado cartel, incluso en cerámica mural que aun se contempla a la entrada del establecimiento. 
Pese al vínculo de la alegre pintura de Dufy con el Mediterráneo, las numerosas estancias que realizó y los amigos que mantuvo, la exposición retrospectiva debe ir a verse al Museo Thyssen-Bornemisza madrileño, propietario de cuatro dufys en su fondo permanente y capaz de conseguir que el Centro Pompidou le ceda temporalmente 36 más, así como otros centros públicos y coleccionistas privados, hasta el casi centenar que presenta hasta el 17 de mayo. Se llama montar una exposición antológica de producción propia.
Y por si la antológica sobre Dufy fuese poco, el mismo Museo Thysen-Bornemisza madileño abre simultáneamente otra estos días con 53 obras del surrealista belga Paul Delvaux.

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