El crítico de literatura catalana del diario La Vanguardia, Julià Guillamon, aprovecha la reciente aparición de la versión castellana de la novela póstuma de César August Jordana El mundo de Joan Ferrer, publicada en catalán en 1971, para insistir en el último suplemento “Cultura/s” sobre una importancia literaria poco reconocida. La acción transcurre en la colonia de exiliados catalanes de Buenos Aires, entre la que despunta el influyente editor Antoni López Llausás, fundador de la legendaria Editorial Sudamericana, tan poco reconocido hasta hoy como la novela del su empleado Jordana. Siempre me ha parecido que la carencia de una biografía sobre López Llausás demuestra les lagunas culturales del país. Cuando viajaba con regularidad a Buenos Aires, tuve interés en conocer aquellos legendarios locales de la Editorial Sudamericana. Me recibió Gloria López Llovet, nieta del fundador. La empresa había sido comprada
en 1998 por Random House Mondadori, en cuya delegación barcelonesa publiqué algunos libros, lo que facilitaba el encuentro.
en 1998 por Random House Mondadori, en cuya delegación barcelonesa publiqué algunos libros, lo que facilitaba el encuentro.
Convino que López Llausás merecía una biografía y que probablemente ella era la primera culpable de la inexistencia, dado heredó y conservó los papeles inéditos del abuelo. Le causaba una pereza insalvable enfrentarse al montón de documentos derivados de una vida excepcional. No sabía si algún dia lo haria. Tampoco tenia decidido si los cediría para que otro elaborase la biografía pendiente. Al cabo de unos años venció la pereza y abrió las cajas de documentos del abuelo a Julià Guillamon, para documentar la exposición del 2005 “Literaturas del exilio” en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona y el libro resultante.
En 1936, tres el asesinato en Barcelona del periodista Josep M. Planes por brigadas de incontrolados, López Llausás se exilió en París. Acto seguido se instaló en Buenos Aires, convertido en propietario de la activa Editorial Sudamericana, antes de crear en 1949 en Barcelona la filial Edhasa y en México la Editorial Hermes.
López Llausás era uno delos protagonistas del interés de Josep Pla por viajar a Argentina (el de reencontrar a la antigua amante Aurora no aparece en la versión escrita de los hechos). En la narración “Viaje a América del Sur (1957)”, del volumen En mar de la Obra Completa, Pla relata que pasó todo el mes de enero de 1958 en Buenos Aires. Le dedica 45 páginas centradas en la situación política, el carácter de Argentina, de la capital y la estación balnearia de Mar del Plata.
En el último capítulo admite que fue a Mar del Plata con el coche de López Llausás y que el editor y él fueron huéspedes de Victoria Ocampo. No da el más mínimo detalle sobre el contacto con la célebre escritora, pese a haberlo aprovechado para elaborar en el semanario Destino de 29 de marzo de 1958 un articulo magnífico sobre “La argentinidad: Conversación con Victoria Ocampo”.
Los días transcurridos en casa de Victoria Ocampo en Mar del Plata aparecen años más tarde en el volumen 26 de la Obra completa Notes per a Sílvia, como un corto y escéptico recuerdo de dietario. La invitación de la gran dama de las letras argentinas al particular Bloomsbury austral de su corte de amigos impresionó poco a Pla. Incluso se equivoca con el nombre al aludir a la presencia del “escritor José Luis Borges”.
Como en el último suplemento “Culturas/s”, la figura del editor López Llausás aparece de modo intermitente en las páginas de actualidad, por las múltiples conexiones de su trayectoria palpitante. Pero sigue sin biografía. La novela argentina de César August Jordana ha tenido un poco más de suerte, solo un poco.
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