Ayer jueves se presentó el libro-disco La endecha sudaca y otros poemas, de Julián Córdoba, en el Centre Artesà Tradicionàrius de Gràcia (Barcelona). Junto al autor, participaron en el concierto Juan Carlos López (bandoneón) y Horació Ortega (guitarra y flautas). Antes de la actuación me pidieron que dijera unas palabras de presentación, que fueron las siguientes: “Este libro-disco que hoy presentamos es fruto de un acto de amistad de Juan Carlos López y Jorge Sarraute hacia el poeta y cantante Julián Córdoba. También es fruto de un acto de amistad que me hayan pedido a mi ponerle un prólogo y decir hoy unas palabras, pese a que no tengo más mérito que ser un seguidor de Julián y haberle invitado a un asado con guitarreada, de
aquellos que de vez en cuando congregan en mi pisito –o en otros pisitos-- 20 o 25 amigos con ganas de volverse a ver y cantar unas cuantas.
aquellos que de vez en cuando congregan en mi pisito –o en otros pisitos-- 20 o 25 amigos con ganas de volverse a ver y cantar unas cuantas.
Un día en que también participaban Juan Carlos López, Jorge Sarraute, Rabito Vélez, Horacio Fumero, Horacio Gaggioli y Luis Rajmil, por citar solamente a los que tocan algún instrumento, se me ocurrió telefonear a Julián para que se sumase. Él aceptó la invitación y a todos nos encantó escuchar de nuevo algunos de los temas que hoy presentamos.
Aquel día no pudo venir acompañado por su mujer Cristina. Nos quedamos con las ganas de escuchar el dúo que forman, una carencia que solucionamos con otra cena posterior entre amigos, durante la que Jorge Sarraute acompañó al piano las canciones de Julián y Cristina.
De aquella cena con piano publiqué en mi blog unos apuntes que ahora me han servido para el prólogo. Con esta secuencia de los hechos tan solo pretendo recordar que algunas cosas importantes pasan siempre por un buen asado o una buena cena entre amigos.
Acabo de decir que este libro-disco que hoy presentamos es fruto de un acto de amistad. Algunos tal vez piensen que los actos de amistad son algo habitual en la vida de cada día y que no es preciso magnificarlos. No estoy tan seguro, ojalá fuesen más habituales y se tradujeran en la práctica como en este caso que hoy nos reúne.
Yo en realidad lo único que hice fue invitar a Julián a un asado entre amigos en casa, porque me gusta mucho escucharle cantar y porque me gustan mucho los actos de amistad. Nada más, muchas gracias”.
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