Ayer Josep M. Dacosta y yo entramos en el castillo de Quermançó, generalmente cerrado al público, acompañados por el propietario Josep M. Martorell Pastoret. La pequeña fortaleza despunta en lo alto de una loma a medio camino de la transitada carretera entre Figueres y Llançà, en el término municipal de Vilajuïga. Salvador Dalí expresó la idea aparentemente surrealista de construir un monumental órgano accionado por la tramontana en el castillo de Quermançó. La idea no era descabellada, los estudios realizados la han demostrado técnicamente viable, aunque sigue pendiente de materializar. El 28 de octubre de 1958 Salvador Dalí recibió en su residencia de Portlligat a una delegación municipal de Vilajuïga, encabezada por el alcalde Manuel Viñas, para plantear la idea de montar un centro daliniano en Quermançó. La última reconstrucción del castillo había sido obra de las fuerzas napoleónicas en 1808, así como el último derribo, en el momento de su retirada en 1814. El mariscal Suchet ordenó volar el polvorín de la fortaleza y le dio el actual aspecto desmochado. Los restos del castillo habían revertido a propiedad municipal, pero no se va habló más de la idea daliniana. La propiedad del castillo fue
permutada por el Ayuntamiento en beneficio del hacendado de Vilajuiga Santiago Rotés, a cambio de los terrenos de la escuela primaria que ahora lleva su nombre en el centro del pueblo. A la muerte de Rotés, fue puesto a la venta por la viuda Montserrat Soler por 40 millones de pesetas. Salvador Dalí lo encontró caro y desestimó la compra.
permutada por el Ayuntamiento en beneficio del hacendado de Vilajuiga Santiago Rotés, a cambio de los terrenos de la escuela primaria que ahora lleva su nombre en el centro del pueblo. A la muerte de Rotés, fue puesto a la venta por la viuda Montserrat Soler por 40 millones de pesetas. Salvador Dalí lo encontró caro y desestimó la compra.
En 1998 lo compró por un importe inferior el empresario del ramo de la electricidad de Castelló d’Empúries, Josep M. Martorell Pastoret. Su proyecto de equipamiento cultural daliniano y órgano de la tramontana ha topado hasta hoy con reiterados inconvenientes. El acceso al castillo, cerrado por vallas de seguridad, solo es posible con motivo de algunas jornadas de puertas abiertas con visita guiada, o bien como ayer de la mano amable del propietario.
Un primer proyecto de órgano de la tramontana, con ocho tubos que emitirían un acorde disonante gracias al viento, fue presentado en 1993 por Oriol Rius Camps, sin éxito. El propietario encargó un nuevo estudio a Ivana Rossell Turull, profesora del departamento de Arquitectura y Acústica de la la Escuela de Ingeniería La Salle, integrada en la Universitat Ramon Llull de Barcelona, y a Albert Blancafort, de la empresa familiar Orgueners de Montserrat, en Collbató.
La maqueta consta de unos 500 tubos a través de los que la tramontana podría hacer sonar su música, ya fuese de modo mecánico espontáneo o bien a través del teclado convencional del instrumento. Una vez canalizado y almacenado el aire, el regulador de presión alimentaría los tubos del órgano para poder hacerlo sonar tanto en días de viento como en otros de calma plana. Los promotores tranquilizaron a los vecinos de Vilajuïga informándoles que el instrumento se escucharía solo en un radio de 40 o 50 metros del castillo.
Se dijo que podría ser inaugurado en 2004 con motivo del Año Dalí que conmemoraba el centenario del nacimiento. En 2003 el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, firmó un convenio de colaboración económica con la sociedad Castell de Quermançó SL.
Pero el órgano de la tramontana sigue hoy en fase de proyecto y Quermançó como un altiva rodilla arañada del llano alto-ampurdanés, un teclado virtual que no toca más melodía, de momento, que la propia de origen del viento, incansable, irremplazable y solo.
Article molt amè, que ens informa de la situació actual del castell: la torre de Quermançó està enrocada tot esperant que el seu popietari, Josep Mª Martorell, posi el projecte d'orgue en solfa.
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