26 abr 2021

El verano invencible de Albert Camus en las ruinas de Tipasa

La ciudad fenicia, romana y bizantina de Tipasa en la costa de la actual Argelia no debe su renombre a la Antigüedad, sino a unas páginas de Albert Camus, nacido y criado en aquel país antes de triunfar en París. Están en su narración corta de juventud “Nupcias en Tipasa”. El lugar se halla a setenta kilómetros de la capital argelina y era frecuentado en época de Camus para los días a la playa con su pandilla de amigos. Decía el escritor en la narración publicada en 1937: “En primavera los dioses viven en Tipasa y hablan al sol entre aroma de absentas, el mar acorazado de plata, el cielo azul crudo, las ruinas cubiertas de flores y la luz a borbotones sobre los montones de piedras. Andamos en busca del amor y el deseo. No buscamos lecciones ni la amarga filosofía que se pide a la grandeza. Salvo el sol, los besos y los perfumes salvajes, todo lo demás nos parece fútil. Aquí entiendo lo que llaman la gloria: es el derecho a amar sin medida. Solo hay un amor en este mundo. Abrazar un cuerpo de mujer también es retener contra si mismo este extraño gozo que baja del cielo al mar. No, no era yo lo que importaba, ni el mundo, tan solo el acuerdo y el silencio que entre él y yo alumbraba el amor. Un amor que no tenía la debilidad de reclamar solo para mi, consciente y orgulloso de compartirlo con toda una raza, nacida del sol y del mar, viva y sabrosa, que extrae la grandeza de la simplicidad y, de pie en la playa, dirige una sonrisa cómplice a la sonrisa deslumbrante del cielo”.
La siguiente narración de 1953 “Retorno a Tipasa”, dentro del libro El verano, coniene la repetidísima frase camusiana: “Au milieu de l'hiver, j'apprenais enfin qu'il y avait en moi un été invincible” (En pleno invierno entendí al fin que había en mi interior un verano invencible).
La antigua ciudad fenicia, romana y bizantina de Tipasa cae a pedazos. Ha sido declarada Patrimonio Universal de la UNESCO y el ministerio español de Cultura sufraga allí una parsimoniosa misión arqueológica hispano-argelina. Las páginas de Camus sobre el lugar conservan en su interior aquel intacto “verano invencible”.


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