13 dic 2013

En defensa de la lujuria ante la foto de Fernanda Lima

Diarios de todo el mundo han publicado la foto de la modelo brasileña Fernanda Lima en el momento de irrumpir a paso de marcha y caderazos en el escenario del sorteo, en Bahía, del próximo Mundial de fútbol para actuar de presentadora de la ceremonia. Iba acompañada en el trayecto escénico por su marido, el también presentador y modelo brasileño Rodrigo Hilbert, eclipsado por la diferencia de vistosidad o por los criterios masculinos dominantes a la hora de elegir las fotos que se publican. La de Fernanda Lima ha dado la vuelta al mundo como viva imagen de la lujuria, de una idea de la lujuria. Les distintas consideraciones que eso pueda merecer no deberían conducir a negar la evidencia, la nobleza del atractivo de la belleza física, incluso de la lujuria. Cada vez que he relatado en este blog algún episodio relacionado con la atracción que puede llegar a ejercer la belleza corporal de algunas mujeres, me ha sorprendido recibir comentarios de amigas diciéndome que el tema no les había gustado o que lo encontraban potencialmente machista. Lo asumo de entrada, sin dejar de defender mi punto de vista. La moral católica trató a la lujuria de pecado y pretendió identificarla con el desenfreno y el vicio, pero hoy las normas de la moral católica ya no son de obligado cumplimiento. La atracción ejercida por cualquier tipo de belleza, del mismo modo que la lujuria, son
un síntoma de vida que puede alcanzar una rara plenitud cuando se alia con el amor. Todos los humanos hemos salido de fábrica con un indiscutible deseo sexual, aunque nos diferenciemos del resto de animales por no mantener trato carnal solamente cuando estamos en celo y establecer relaciones de aparejamiento más duraderas. Debe ser la satisfacción más natural de la vida y seguramente también la més excepcional. 
No tengo experiencia sobre la lujuria sin intervención del sentimiento amoroso, aunque imagino que debe ser como la comida sin sal o como pretender matar el hambre a base de bombones pralinés. Más que las top model, a mi me interesan las low model, las mujeres de cada día. Y encuentro infortunado a quien carece de apetito, no tiene nada que comer o no sabe comer. 
Por cierto, Fernanda Lima ha sido contratada de nuevo por la FIFA y actuará de presentadora en la ceremonia de entrega del Balón de Oro, el próximo 13 de enero en a Zurich. Verla al lado de Franck Ribéry puede ser otra experiencia.

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