En verano bajaba a Sa Riera a saludar y escuchar las historias del salobre de Pepet Florián (en la foto) y su hermano menor Xicu Florián. Josep “Pepet” Pi Amat, de casa Florián, hijo de Florián y Reparada (nacida en Cuba de emigrantes begurenses), vino al mundo el 20 de noviembre de 1900 en Begur. El hermano menor, Francesc “Xicu” Pi Amat, tenía a gala ser el único nacido en la propia Sa Riera, a la orilla del agua, el 23 de febrero de 1922. Tres años más tarde Pepet colocaba el primer motor en la barca de la familia, ya no tuvieron que remar tanto. A los 12 Xicu empezaba a trabajar de pescador en el sentido profesional, aunque se embarcaba en los sardinales de los arrastreros de El Estartit desde los 6. A los 23 se casó con María Romaní Tarragó, quien murió en 1996, el mismo año que Pepet Florián. El 26 de octubre de 1990 Pepet había publicado una carta al director en el diario gerundense El Punt junto con otros dos viejos pescadores de Sa Riera, su primo Florián “Floris” Pi Ferriol y Joan “Lill” Deulofeu Ferriol (a la vez
fundador del Hotel Sa Riera). Se alzaban contra el proyecto de puerto de recreo en la playa del Racó: “¿Y Sa Riera, cómo queda nuestra Sa Riera? Ya ahora, como todos saben, tiene graves problemas con las porquerías del río Ter, situado más o menos a cuatro millas de la cala”.
fundador del Hotel Sa Riera). Se alzaban contra el proyecto de puerto de recreo en la playa del Racó: “¿Y Sa Riera, cómo queda nuestra Sa Riera? Ya ahora, como todos saben, tiene graves problemas con las porquerías del río Ter, situado más o menos a cuatro millas de la cala”.
Aquel problema de 1990 ha empeorado a marchas forzadas. El crecimiento del puerto turístico de El Estartit ha alterado el movimiento de los sedimentos de la desembocadura del Ter y han inundado literalmente la playa de la cala vecina de Sa Riera, hasta convertirla un desorbitado arenal terroso que ahoga y desencaja la franja de playa, al mismo tiempo que malogra el fondo marino y la vegetación de las rocas. La playa de Sa Riera se está desertizando y se aleja cada vez más del mar. Generalmente entendemos por playa una franja de arena ligada al mar, al rompiente de las olas al llegar a la costa. La playa de Sa Riera ya no es eso del todo.
Sa Riera es una de las calas recortadas del término municipal de Begur. Bajo la peña del umbrío rincón de levante, protegido de vientos y temporales, se contaban una trentena de barracas de pescadores de temporada, que durante el invierno residían en el núcleo interior de Begur. Con el buen tiempo bajaban a pescar en el vivero natural de los bancos de anchoa y sardina de la playa de Pals o bien, en dirección opuesta, en las anfractuosidades rocosas del Cabo de Begur, en las “señas” de referencia heredadas de los antepasados.
Durante la posguerra aun trabajaban dos establecimientos de salazón, el de los Florián y el de Amador Mont, a fin de encajar sardinas, arenques y anchoas junto a las primeras casas de aquellos veraneantes que los domingos acudían a misa a Begur a lomos de mula por el empinado camino de tierra. En las tabernas de los Pilsá, de can Mario y de Florián se cantaban habaneras y se montaba el baile.
A partir de 1951 llegó la electricidad, el teléfono, el agua corriente, los extranjeros, las urbanizaciones, el camping San Cristóbal y los apartamentos sobre las antiguas barracas de pescadores de temporada. Los Florián ampliaron la casa, bajo la peña. Francesc Pi Amat, o sea Xicu Florián, quiso que sus dos hijos gemelos, Paco y Florián Pi Romaní, supiesen pescar. A los tres meses se los llevaba a bordo en un capazo de mimbre, los días o las noches de calma. A los 4 años les hacía bogar, un remo cada uno. A los 9 años les compró una barca de motor y a los 14 ya comandaban a nueve marineros en el pesquero de la familia (Paco al motor, Florián al timón, Xicu en la barca de luz). Las vedas naturales se practicaban naturalmente y no había sobreexplotación del pescado. No se habían inventado los GPS ni las redes de nylon (que ellos introdujeron en 1967 en lugar de las nanses de junco y mimbre o caña).
Después, mucho después, Xicu protagonizó el reportaje del programa televisivo Thalassa “Xicu, la memoria de Sa Riera” y el libro de Miquel Martín y Pere Molina Converses amb Xico Florian. Murió el 26 de julio de 2009. Le nombraron hijo predilecto de Begur y le erigieron un monolito en su playa, que hoy se aleja cada vez más del mar.
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