30 may 2014

Claro que podemos, pero solo si sabemos establecer alianzas

Este artículo también se ha publicado en Eldiario.es, sección Catalunya Plural

Dentro de las infinitas interpretaciones de cualquier resultado electoral, algo nuevo quedó claro en el último: un grupo político de la izquierda alternativa nacido apenas cuatro meses atrás consiguió 1,2 millones de votos en toda España (7,97%), de los cuales 117.096 en Cataluña (4,66%). El nuevo grupo Podemos fue la tercera fuerza más votada a Madrid, Aragón, Cantabria, Asturias y Baleares. En cambio Cataluña es donde recibió proporcionalmente menos sufragios. La sorpresa de la irrupción de Podemos confirma las posibilidades de futuro de una izquierda alternativa valiente y argumentada, frente a los estragos de la gestión de la crisis conducida por los dos grandes partidos de derecha e izquierda, los flagrantes abusos en el reparto del peso de la situación económica y los
recortes de servicios sociales básicos durante los últimos años. La euforia que puede despertar entre el nuevo “precariado” la aparición de Podemos en el panorama electoral plantea igualmente que se trata de votos restados a otras fuerzas de izquierda. La izquierda en general y la izquierda alternativa en particular necesitan para subsistir la misma grosse coalition de gobierno del bipartidismo que propugna la canciller Angela Merkel con los socialistas, también en España. Frente a esa opción conservadora, la única capacidad de gobierno, la única posibilidad de influencia de la izquierda es su propia gran coalición, por encima de la fragmentación y las diferencias entre partidos que se reclamen de este espacio ideológico. 
La derecha no necesita elaborar alternativas, le basta con seguir el dictado de los poderes fácticos, de los países hegemónicos y la alta finanza globalizada. La izquierda, por el contrario, debe demostrar que tiene propuestas y conductas de cambio, empezando por la capacidad de huir de la dispersión y sumar fuerzas.
La primera de les dos pruebas de fuego de Podemos en el futuro inmediato no es tan solo crecer, sino la capacidad de establecer alianzas. La segunda, presentar en Cataluña (la segunda circunscripción electoral más poblada) a candidatos que atraigan una cantidad superior de votos.
La izquierda no es un partido ni mil grupitos, sino un amplio espacio social a la búsqueda de una política de gobierno que favorezca a la mayoría, a fuerza de convencerla con ideas y con actitudes de dejar de votar a los partidos que representan a los abusos de la minoría.

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