El anuncio que acabar de divulgar el restaurante barcelonés Divina Pasta (calle Aribau nro. 65) de los doce conciertos distintos de tango y folklore argentino en vivo que programará cada domingo en formato de trío durante los dos próximos meses, como ya hizo en temporadas anteriores a iniciativa de sus propietarios María Jesús Villar y Marcelo Di Pace (a la izquierda de la foto, con la cantante Silvina Laura y el guitarrista Gustavo Battaglia), pone de relieve que esos géneros musicales tan ricos y practicados en Cataluña por las nuevas generaciones argentinas todavía se ven obligados a moverse dentro de los circuitos paralelos,
sin acceder más que de forma muy esporádica a los escenarios convencionales y los festivales especializados que merecerían.
sin acceder más que de forma muy esporádica a los escenarios convencionales y los festivales especializados que merecerían.
Lo mismo puede decirse de la música actual de otros países latinoamericanos (la cantautora colombiana de proyección internacional Marta Gómez reside en Barcelona y actúa poco aquí) o de las músicas de otros continentes practicadas y regeneradas a por los oriundos que viven en la ciudad. La música “de raíz” llega muy poco a los escenarios catalanes convencionales cuando no es catalana, pese a la calidad y la cantidad de músicos de aquellos países que las cultivan entre nosotros.
El 8 de marzo de 1991 publiqué en la sección de opinión del diario Avui un artículo titulado “Lunes de tango en la Cova del Drac”, programados entonces por el guitarrista y cantante argentino Tito Cava, donde escribí: “La benemérita Cova del Drac se ha decidido a programar de forma estable lunes de tango. Ojalá que la iniciativa logre consolidarse, para hacer justicia a la larguísima tradición tanguera de Barcelona, a la renovación del género que se está llevando a cabo en Cataluña de la mano de la colonia de argentinos afincados entre nosotros, y también para hacer justicia a la tradición avanzada de un local como la Cova del Drac”.
Sin embargo aquella iniciativa no se consolidó. Más de veinte años después el tango y el folklore argentino siguen confinados en Barcelona a los circuitos paralelos, pese a su renovada creatividad (la mayoría de músicos participantes en el ciclo del restaurante Divina Pasta son jóvenes). El domingo 21 de setiembre, siempre a las 19h, actuará Bibi González (voz) con Gustavo Battaglia (guitarra) y Marcelo Mercadante (bandoneón). El 28 de setiembre Ana Rossi (voz), también con Gustavo Battaglia y Marcelo Mercadante. El 5 de octubre el grupo Kurepí de Johanna Zohler (voz), Guillermo Gómez (guitarra) y Pablo Giménez (flautas). El 12 de octubre Mario Noriega (voz) con Gaspar Muller (guitarra) y Darío Polonara (bandoneón).
El jueves 16 de octubre –excepcionalmente un día entre semana-- Gabriel Valone (voz) con Alejandro Di Constanzo (piano) y Darío Polonara. El 19 de octubre Fernando Ríos Palacios (voz) con Gustavo Battaglia y Marcelo Mercadante. El 26 de octubre Rocío Faks (voz) con Yeray Hernández (guitarra) y Pablo Cruz (percusiones). El 2 de noviembre Luisa Atauri (voz) con Jorge Blengini (guitarra) y Pablo Giménez. El 9 de noviembre Ana Rossi con Esteban “Rabito” Vélez (guitarra) y Pablo Giménez. El 16 de noviembre Ana K. García (voz) con Gaddafi Nuñez (guitarra y voz) y Cristian Cosanatán (percusiones). El 23 de noviembre un concierto aun por confirmar y el 30 de noviembre el Araca Trio de Susana Negri (voz) con Peter Lamberg (guitarra) y Darío Polonara.
La lista no agota, ni mucho menos, los nombres de intérpretes de tango y folklore argentino que viven y trabajan en Barcelona. Tan solo ofrece una selección, una muestra de aquella riqueza musical, poética e interpretativa renovada que no llega más que esporádicamente a los escenarios estables de la ciudad, más allá del Jamboree. Menos mal del activo circuito paralelo, como los actuales lunes de tango del bar Gipsy Lou en el Raval, el Club Cronopios de la misma calle Ferlandina, el ciclo Hamaques de Casa América Cataluña o los cantantes uruguayos que programa de vez en cuando el bar barcelonés El Laurel. La tarea de suplencia del circuito "off" es loable, aunque también injusta.
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