En 1994 escribí el nro. 2 de la colección de libros Quaderns de Palafrugell, titulado Grans hores de la Costa Brava (Les finques d’Aiguablava, Cap Roig i Mas Juny). Ayer viernes me hicieron presentar su nro. 25, Un passeig per Palafrugell, de Puri Abarca, que viene a culminar la actual etapa de publicación anual. La autora ha sabido escribir un paseo completo, sugerente y de buen leer. Un paseo no es lo mismo que una exploración ni una escalada a ninguna cumbre de la máxima dificultad. Muchas veces paseamos por enésima vez a lo largo de un camino que ya conocemos, porque recorrerlo de nuevo nos brinda un placer renovado, un descubrimiento repetido, una interpretación confirmada. El libro de Puri Abarca no parece contener grandes revelaciones ni nuevas interpretaciones. Este es precisamente su mérito: haber recopilado de forma detallada todo aquello que hasta hoy creíamos saber sobre el municipio, recordárnoslo en detalle, volvérnoslo a presentar de modo panorámico y ordenado. Y no ha dejado
ningún terreno por hollar.
Puede parecer un paseo extenuante, maratoniano, pero en realidad resulta de muy buen caminar, gracias asimismo a las fotografías antiguas y actuales, proporcionadas en gran parte por el auténtico coautor del libro, el fotógrafo Paco Dalmau. Calificar a Paco Dalmau de fotógrafo es una obviedad muy insuficiente. En realidad es el gran y a la vez humilde cronista que todo municipio desearía tener y que Palafrugell tiene.
ningún terreno por hollar.
Puede parecer un paseo extenuante, maratoniano, pero en realidad resulta de muy buen caminar, gracias asimismo a las fotografías antiguas y actuales, proporcionadas en gran parte por el auténtico coautor del libro, el fotógrafo Paco Dalmau. Calificar a Paco Dalmau de fotógrafo es una obviedad muy insuficiente. En realidad es el gran y a la vez humilde cronista que todo municipio desearía tener y que Palafrugell tiene.
La cantidad de actos públicos a los que he visto llegar a Paco Dalmau con su impedimenta en bandolera para dejar constancia fotográfica de ellos es literalmente infinito. Hasta el extremo de que siempre he pensado que muchos de esos actos públicos sencillamente no existirían de no haberlos fotografiado Paco Dalmau.
El libro presentado ayer tiene todavía un tercer autor indispensable: el Archivo Municipal de Palafrugell que vi nacer y empezar a caminar a tientas en las viejas instalaciones de la calle Cervantes, donde yo sometía a la joven archivera al tormento cotidiano de la insistencia para documentar mis libros de temática palafrugellense y ampurdanesa. La chica, al mismo tiempo que criaba a su familia, intentaba levantar prácticamente de cero un archivo histórico que, trasladado el año 2001 a un edificio más adaptado, se ha convertido bajo su dirección en un magnífico y dinámico equipamiento. Siempre prometí a la joven archivera, casi como una amenaza, que cuando me jubile del todo regresaré para atormentarla de nuevo.
Poco más arriba he calificado a Paco Dalmau como el gran y humilde cronista que todo municipio desearía tener y Palafrugell tiene. Los mismos calificativos deben aplicarse a Conxa Saurí, la directora de Archivo Municipal que todo municipio desearía tener y Palafrugell tiene.
Los libros de la colección Quaderns de Palafrugell no se han hecho solos. Los hemos escrito una serie de autores, sin embargo no habríamos podido hacerlo sin la ayuda decisiva de personas como Paco Dalmau y Conxa Saurí, ni sin el patrocinio sostenido por el Ayuntamiento de la villa y la Diputación de Girona a lo largo de los años.
Puri Abarca nos representó ayer de algún modo a todos, y nos representó muy bien con su Un passeig de Palafrugell recién impreso, con la tinta todavía fresca. La felicité y expresé nuestra gratitud al Archivo Municipal por su labor, una gratitud vieja y ahora renovada.
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