La casa natal convertida en museo del célebre compositor de ópera Vicenzo Bellini en Catania es el Palazzo Gravina-Cruyllas, en la céntrica esquina de la Piazza San Franceso y la Vía Vittorio Emanuele II. Se trata de una rama del linaje catalán de los Cruïlles, que adoptó el nombre de su dominio originario en el Baix Empordà. Como es sabido, Berenguer de Cruïlles, obispo de Girona, fue el primer presidente de la Generalitat de Catalunya de 1359 a 1362, nombrado por las Cortes catalanas en Cervera durante el reinado de Pedro III el Ceremonioso. Los historiadores y heraldistas no han aclarado hasta ahora el parentesco
concreto con Joan de Cruïlles, fallecido en 1423, tras ejercer de camarlengo del rey Martín el Humano en Sicilia y distinguirse en la lucha contra los barones sicilianos hostiles a la presencia de la corona catalano-aragonesa. El rey Martín le recompensó con extensas baronías en Sicilia.
La rama siciliana de los Cruïlles se extinguió con los biznietos, aunque el patrimonio que aportó por alianza matrimonial a las familias de los Acuña, los Montcada y, finalmente, los Gravina llevó el apellido a perdurar bajo la forma de Gravina-Cruyllas.
Una María Gravina-Cruyllas di Ramacca adquirió notoriedad en 1892 cuando el marido y padre de sus hijos, el conde Anguissola di Damiano, la llevó a los tribunales por la relación adúltera que mantenía con el escritor Gabriele D’Annunzio, con quien tuvo a la hija Renata, llamada Cicciuzza. Los amantes fueron condenados a cinco meses de cárcel, aunque la sentencia se vio suspendida por una amnistía real.
Se han editado dos libros sobre aquella relación amorosa, que D’Annunzio abandonó al conocer a la bailarina Eleonora Duse: Lettere di Gabrielle D’Annunzio a Maria Gravina e allà figlia Ciciuzza (Arti Grafiche Garibaldi, Pescara 1978) y Carteggio D’Annunzio-Gravina 1915-1924 (Ed. Binacci, Roma 1993).
El edificio originario del Palazzo Gravina-Cruyllas, donde nació en 1801 el compositor de Norma, La sonnambula o I Puritani, fue destruido por el terremoto de 1693, reconstruido a continuación en la forma actual y adaptado ahora como museo. El archivo de la familia Gravina-Cruyllas se encuentra depositado desde 1942 en la sede de Palermo de los Archivos del Estado italiano, por si algún genealogista desea entretenerse más de cerca.
El título troncal dels barones de Cruïlles sigue vigente en Catalunya. Gracias a la Ley de Igualdad en la Sucesión de Títulos Nobiliarios, aprobada en 2006 a propuesta del gobierno socialista, lo ostenta desde 2009 la joven psicóloga Susanna Cruïlles de Peratallada i Jaumandreu, experta en duelo y terapeuta de familias.
El caso del Palazzo Gravina-Cruylles en Catania no es la única huella catalana de este tipo en Sicilia. El actual Palazzo Gattopardo, que alberga el Ayuntamiento de Santa Margarita de Belice (provincia de Agrigento) y el museo dedicado a Giuseppe Tomasi di Lampedusa, lo fundó la familia del catalán Bartomeu Corbera, llegado a la isla al servicio del rey Pedro II el Grande de Catalunya-Aragón, quien la gobernó de 1282 hasta su muerte en 1285.
La célebre novela del Gattopardo está protagonizada por Fabrizio Corbera, príncipe de Salina. Pero esta es otra historia, que intentó explicar en detalle el colega Lluís Bonada en el semanario El Temps, en la edición de 27 de septiembre de 2016.
El caso del Palazzo Gravina-Cruylles en Catania no es la única huella catalana de este tipo en Sicilia. El actual Palazzo Gattopardo, que alberga el Ayuntamiento de Santa Margarita de Belice (provincia de Agrigento) y el museo dedicado a Giuseppe Tomasi di Lampedusa, lo fundó la familia del catalán Bartomeu Corbera, llegado a la isla al servicio del rey Pedro II el Grande de Catalunya-Aragón, quien la gobernó de 1282 hasta su muerte en 1285.
La célebre novela del Gattopardo está protagonizada por Fabrizio Corbera, príncipe de Salina. Pero esta es otra historia, que intentó explicar en detalle el colega Lluís Bonada en el semanario El Temps, en la edición de 27 de septiembre de 2016.
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