El jueves se produjo en la iglesia románica del pueblo ampurdanés de Albons un curioso, inusual aquelarre. Tenían que ser doce personas contadas, los doce apóstoles más cercanos a la condición de “huertamaros”. Fuimos casi veinte (foto Pepe Encinas). El pintor barcelonés Ramon Pujolboira, que lleva cuarenta años viviendo en Albons, acaba de pintar un mural en el ábside de la iglesia de la localidad con una Santa Cena moderna. Al ponerse manos a la obra recordó la cena en que el periodista Josep M. Huertas Claveria dijo a los colaboradores de la revista Oriflama, como un nuevo Jesús bíblico: “Hoy me veis, mañana no
me veréis, aunque más adelante me veréis de nuevo”. Más en concreto, les dijo que estaba punto de ser ingresado en la cárcel Modelo barcelonesa, por no delatar las fuentes informativas de un reportaje suyo.
me veréis, aunque más adelante me veréis de nuevo”. Más en concreto, les dijo que estaba punto de ser ingresado en la cárcel Modelo barcelonesa, por no delatar las fuentes informativas de un reportaje suyo.
En efecto, su trabajo titulado “Vida erótica subterránea” sobre la Barcelona de los años 1920 a 1960, publicado en el diario Tele/eXprés el 7 de junio de 1975, incluía la frase fatídica: «Un buen número de meublés están regentados per viudas de militares, al parecer debido a la dificultad de obtener permiso para abrirlos después de la guerra».
Le costó un consejo de guerra sumarísimo. La jurisdicción militar le condenó a dos años de cárcel y le encerró en la Modelo, donde las cosas aun se complicaron con la posterior acusación de haber ayudado en Barcelona a miembros de ETA.
Gracias a la muerte de Franco salió amnistiado el 13 de abril de 1976, ocho meses y veinte días después. Su encarcelamiento provocó la primera huelga de periodistas y trabajadores de prensa.
Josep M. Huertas Claveria no representa un mito porque sí. Fui uno de sus numerosos discípulos, él prologó mi primer libro. Aunque nadie mejor situado para dibujar su perfil que Josep Martí Gómez que, junto con Jaume Fabre, figuró entre los más allegados.
En la necrológica que escribió en el diario La Vanguardia al producirse la muerte repentina de Huertas Claveria el 4 de marzo de 2007, a los 67 años, Martí Gómez asentó: “Desde la cárcel Josep M. Huertas me pedía libros y yo los pedí a Carme Balcells, quien me dijo: ‘Este Huertas es el muchacho más áspero, molesto, maleducado, grosero e inaguantable que he conocido, no sé si será por eso que se hace querer’”.
También recordó que el director Manuel Ibáñez Escofet definió a Huertas como “uno de los mejores periodistas que, por inquietud, capacidad de trabajo y sentido de entrega ha tenido este país desde la Guerra Civil”.
Añadió que el calificativo de “huertamaros” fue acuñado por Joan de Sagarra a raíz de una disputa entre periodismo socialrealista de los redactores de El Correo Catalán encabezados per Huertas y el periodismo imaginativo defendido por algunos redactores del vespertino Tele/eXprés.
El diseñador de la revista Oriflama y actual pintor Ramon Pujolboira se ha inspirado en la huella dejada por Huertas Claveria para componer el mural de la iglesia románica de Albons. Jaume Fabre organizó con este motivo el aquelarre de los doce apóstoles “huertamaros”, ampliados.
Los congregados fuimos: Araceli Aiguaviva, Marc Andreu, Joan Manuel Baliellas, Néstor Bogajo, Juanjo Caballero, Jaume Fabre, Maria Favà, Xavier Febrés, Guerrero, Joma Rius, Eugeni Madueño, Ramon Pujolboira, Josep Carles Rius, Joaquim Roglan, Carme Teixeiro, Miquel Villagrasa y Àngela Vinent.
Ser ahora inmodesto con los calificativos sobre la generación periodística reunida en Albons en memoria del décimo aniversario de la muerte de Huertas iría en contra de lo que nos enseñó.
0 comentarios:
Publicar un comentario