El perpiñanés Jules Pams fue diputado en París, senador, ministro y candidato fallido a la presidencia de la República francesa en 1913 contra Raymond Poincaré. Es el “padre” de los vinos roselloneses, por la ley que les concedió ventajas fiscales considerables. Sin el ministro Pams esos vinos habrían conocido probablemente una línea decadente similar a los vecinos ampurdaneses durante la primera mitad del siglo XX. En la actualidad no disponen de un ministro de tanta influencia, pero cuentan con una locomotora muy bien lubricada de producción de vinos, ideas e iniciativas en el sector nuevamente emergente. Fabrice Rieu tenia 28 años, su hermano Alexandre 25 y el socio Laurent Besombes 26 cuando en 2001 crearon en
Perpiñán, con un capital inicial de 40.000 euros, la pequeña empresa Albera.
Deseaban implantar entre el público joven el vino espumoso de baja graduación (11,5 grados). Lo que en su lenguaje se denomina una start-up duplicó cada año la facturación y el 2005 ya se aproximaba al millón de euros.
Perpiñán, con un capital inicial de 40.000 euros, la pequeña empresa Albera.
Deseaban implantar entre el público joven el vino espumoso de baja graduación (11,5 grados). Lo que en su lenguaje se denomina una start-up duplicó cada año la facturación y el 2005 ya se aproximaba al millón de euros.
En 2008 Fabrice Rieu fue elegido presidente del Consejo Interprofesional de Vinos del Rosellón (CIVR). Reelegido en 2014, acaba de agotar el mandato y aceptar la vicepresidencia al lado de Philippe Bourrier (en la foto: Bourrier a la izquierda, Rieu a la derecha). En 2012 también fue elegido presidente del activo salón internacional Vinisud, que promociona cada año en Montpellier la producción de los viticultores del sur de Francia.
En 2013 se inventó el concurso internacional Garnachas del Mundo para promocionar esta cepa, la cuarta variedad más extendida, en particular en el Mediterráneo, el valle del Ródano y Aragón. Las tres primeras ediciones se celebraron en Perpiñán, la cuarta en Zaragoza, la quinta en L’Alghero y la sexta del 12 al 14 de abril próximos en la comarca de Terra Alta (Gandesa). Un total de 250 inscritos podrán catar 900 vinos derivados de esta cepa y comprobar que cada garnacha es un mundo, desde la mítica L’Ermita de Álvaro Palacios (Priorat) al Château Rayas (Châteauneuf-du-Pape), entre muchos otros ejemplos
Fabrice Rieu es el hijo mayor de mi colega Bernard Rieu y su esposa Irene. Bernard Rieu es la persona que me ha permitido entender algunas cuestiones cruciales sobre el Rosellón a través del método científico del periodismo.
Al hijo mayor Fabrice le veo menos, por culpa de su agenda o tal vez del gap generacional. A veces le encuentro en el Empordà o en Barcelona, por ejemplo en una presentación de vinos de su comarca en la Institución Catalana de Estudios Agrarios, Sección de Viticultura y Enología del Institut d’Estudis Catalans, o en la apertura de la tienda barcelonesa La Vinícola, especializada en vinos roselloneses.
En cambio no recuerdo haberle visto nunca entrevistado en los medios de comunicación de este lado de la frontera, a pesar del plan de futuro del vino que encarna, innovador y comprobado. Seguro que la laguna se verá ampliamente colmada el próximo abril en Gandesa.
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