La noticia ha llegado acompañada por la simulación fotográfica adjunta, que ya lo dice todo. Predominarán los jacarandás de flor violeta en el parque urbano que este mes de marzo se empieza a construir en el lado de montaña de la martirizada plaza de las Glorias, antes ocupado por los viejos Encantes. Cuenta con un presupuesto de 20 millones de euros y un plazo de obras de un año. El diseño de nuevos parques en la Barcelona de los últimos tiempos ha dado frutos muy diversos y deberá verse el resultado de este. La elección de los jacarandás es, de momento sobre el
papel, un acierto. Sin embargo no podrá ocultar que el resto de la plaza de las Gloris seguirá en obras mucho más tiempo y que el Ayuntamiento barcelonés ha sido advertido en repetidas ocasiones por incumplir la normativa europea de máximos permitidos de contaminación atmosfèrica causada por la prepotencia del coche,
papel, un acierto. Sin embargo no podrá ocultar que el resto de la plaza de las Gloris seguirá en obras mucho más tiempo y que el Ayuntamiento barcelonés ha sido advertido en repetidas ocasiones por incumplir la normativa europea de máximos permitidos de contaminación atmosfèrica causada por la prepotencia del coche,
De momento, los proyectados jacarandás lucen. El diseño ganador lleva el nombre igualmente evocador de Canopia Urbana. En lenguaje de los arquitectos paisajistas, una canopia es una mata urbana de vegetación con funciones de escudo o dosel del entorno.
La palabra deriva de la exuberante ciudad egipcia de Canopo, cerca de Alejandría, donde murió Antínoo, el joven amante del emperador Adriano. Este le dedicó en los jardines romanos de Villa Adriana uno de los sectores más célebres del conjunto: el Canopo o estanque de 118 metros de longitud rodeado de columnas y estatuas.
Los jacarandás teienen la particularidad de florecer en un asombroso azul liloso. Mantienen un parentesco con la mimosa mediterránea, pasada por la sensualidad efervescente de origen tropical.
Barcelona ya dispone de algunos jacarandás destacados, aunque aquí no alcancen el tamaño espectacular de países más tropicales y húmedos. El jardín de la antigua clínica maternal del doctor Ripoll, en un viejo palacete de la calle de los Madrazo esquina Alfonso XII, proyecta al exterior uno de los más singulares, que cada primavera tapiza la calle de flores violetas. En la plaza de la Sagrada Familia crece un conjunto de diez ejemplares. También se contemplan en la plaza del Nord (Gracia), en la avenida de las Drassanes, en la plaza de la Creu de Pedralbes...
Al pie de los nuevos jacarandás previstos en la Canopia Urbana de la plaza de las Glorias deberían colocar un elegante monolito con los versos del poema de Josep Carner “Xicranda de Mèxic”, de su libro Arbres (1953):
Una xicranda florida enlluerna tot el món.
Flama fosca de la terra que amb color de cel es fon.
Una xicranda florida, l'arbre mateix que era ahir
una urpa negrenca i sola com un retret al destí.
Una xicranda florida enlluerna tot el món.
Flama fosca de la terra que amb color de cel es fon.
Una xicranda florida, l'arbre mateix que era ahir
una urpa negrenca i sola com un retret al destí.
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