La canción melódica italiana ha sabido fomentar el relevo generacional y se mantiene vivísima frente a las baladas anglosajonas. En el país de la ópera como género popular y de la canción napolitana como clásico asentado, los cantautores nunca le hicieron ascos al escenario televisivo del Festival de San Remo. Lo ganaron figuras como Claudio Villa, Domenico Modugno, Tony Dallara, Nicola di Bari, Umberto Tozzi... Se hicieron popularísimos, al lado de otros autores reconocidos como Luigi Tenco, Mina, Jimmy Fontana, Fabrizio di André, Gino Paoli, Paolo Conte, Francesco de Gregori, Franco Battiato, Lucio
Dalla... Una de las canciones ligeras más hermosas de la historia de la música es la italiana “Tornerai” (Volverás). Se inspira descaradamente en el famoso coro a boca cerrada de la ópera Madame Butterfly de Puccini y se internacionalizó a través de la versión francesa “J’attendrai”.
En 2015 gozó de una nueva versión espléndida, conmovedora, en los minutos finales de la película Mi familia italiana, interpretada de forma voluptuosa a dúo de voz y piano por la joven cantante y actriz Nadeah Miranda y el actor siciliano Francesco Scianna. Se convertía en la clave y el desenlace de todo el film, con un significado que las palabras, las melodías y la vida solo alcanzan a través de los "baci languidi" en algunos algunos momentos de excepción.
En su reciente recital en el Festival de Cap Roig, el crooner Sergio Dalma todavía basó una buena parte del repertorio en la canción italiana, con temas como “El mundo” (Jimmy Fontana), “Volare” (Domenico Modugno), “Amores” (Toto Cutugno), “Gloria” (Umberto Tozzi) o “Toda la vida” (Lucio Dalla).
Yo aun escucho con devoción ferviente, los días en que estoy harto de música de piscifactoría, cualquiera de los cinco CD del patriarca Roberto Murolo titulados ”I clasici de la canzone napoletana”. Tan solo con la voz y la guitarra, daba a sus ochenta años una lección de musicalidad suprema (falleció en 2003, a los 91). Otros días más embalados canto --o grito-- bajo la ducha el ritornello de Nicola di Bari:
Che colpa ne ho si el cuore è uno zingaro e va,
catene non ha, il cuore è un zingaro e va.
Finché troverà il prato più verde che c’è,
raccoglierà le estelle su di se e si fermerà, chissà…
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