Conozco algunas familias catalanas que aun viven cómodamente gracias a la fortuna amasada por sus abuelos en Guinea Ecuatorial durante las décadas del 1940 al 1960 y a las rentas que se siguen derivando. A diferencia de las posesiones militares del Sahara o Ifni, la pequeña colonia española de Guinea, en África Negra, fue objeto de una fuerte colonización económica por parte de industriales e inversores catalanes. Se basó en las fincas de cacao y café, y la explotación forestal de maderas nobles. De la selva guineana llegó al zoo de Barcelona en 1966 Copito de Nieve, gracias al primatólogo Jordi Sabater Pi, quien trabajó desde 1940
como encargado de una de aquellas fincas.
como encargado de una de aquellas fincas.
“Muchos catalanes fueron de Cuba a Guinea. La agricultura guineana es obra de los catalanes, quienes introdujeron el cultivo del cacao y el café. Catalunya constituyó la parte más importante en la colonización española de Guinea”, declaró Sabater Pi años más tarde.
El ministro Manuel Fraga Iribarne se desplazó hasta allí para presidir la ceremonia de independencia el 12 de octubre de 1968, ahora se cumplen cincuenta años. La descolonización ha sido nefasta, más aun desde el descubrimiento y explotación de petróleo hace veinte años.
Dos dictadores muy similares se han sucedido en el desgobierno del pequeño y mísero país de 1,2 millones de habitantes. Los beneficios del petróleo solo alcanzan a los gobernantes, quienes se ocupan de fomentar las luchas étnicas entre el grupo fang en el poder y los bubis. La exportación petrolera provoca en el terreno estadístico una engañosa y elevada renta per cápita, sin embargo el agua potable y la corriente eléctrica no llega a una parte importante de la población.
En la actualidad de Guinea Ecuatorial no se acuerda nadie, ni siquiera quienes siguen viviendo aquí de sus rentas.
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