3 jun 2020

Defensa del Talgo y ofensa del dispendio persistente del AVE

El único tren nocturno que mantenía RENFE con salida de Barcelona, el llamado Trenhotel Rosalía de Castro Barcelona-A Coruña, fue suprimido el 17 de marzo por las medidas sanitarias en vigor y no tiene fecha de vuelta. Los tres Talgos nocturnos que unían Barcelona con París, Zúrich y Milán ya se vieron eliminados anteriormente, pese a largos años de valioso servicio, tras la implantación del más caro AVE diurno. Todo lo referido al AVE se ha convertido en un despropósito monumental, empezando por el hecho que España sea el segundo país del mundo (después de Japón) con mayor extensión de nueva red duplicada de alta velocidad ferroviaria y la menos utilizada, sin unir todavía la segunda y tercera ciudad del país (Barcelona
y Valencia) en el activo corredor mediterráneo.
Calculan que se han invertido 47.000 millones de euros en el AVE desde la inauguración de la primera línea Madrid-Sevilla en 1992, aunque nadie sepa exactamente qué se lleva gastado en la obra pública más cara de las últimas décadas. El poder fáctico de las grandes constructoras privadas de obras públicas se ha visto premiado con este negocio de proporciones faraónicas, mientras que las cercanías, el corredor mediterráneo y el transporte de mercancías por vía férrea pueden esperar.
Para poner al día el sistema ferroviario y enfrentar de una vez la diferencia de ancho de vía entre España y el resto de Europa no era necesario duplicar el trazado con una inversión de tales proporciones. Se podían aprovechar las amplias posibilidades que ofrecía el sistema Talgo de cambio automático de ejes en las estaciones fronterizas. El Catalan-Talgo entre Barcelona, Ginebra y Zúrich fue el primer tren español integrado a la red Trans Europe Express (TEE, después Eurocity). En 1974 se estrenó el Talgo entre Barcelona y París, en 1989 entre Barcelona y Milán.
Echo de menos la comodidad del Talgo cuando utilizo el AVE, tan cojo en múltiples aspectos, caro y devorador de una proporción descomunal de inversión pública disponible. Desde junio de 2018 el presidente de RENFE es el catalán de origen valenciano Isaías Taboas, secretario general de la presidencia de la Generalitat durante el mandato del presidente Montilla.

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