A sus rumbosos 86 años, Sofía Loren regresa a la pantalla en la película La vida ante sí, que se estrena estos días en Netflix. El papel constituye un auténtico bombón, un regalo muy bien elegido. Se trata de la segunda adaptación cinematográfica de la gran novela del mismo título, del autor francés Roman Gary, en la que una prostituta retirada cría algunos niños inmigrantes de la calle en el barrio popular parisino de Belleville, en especial a Momo, que es quien lleva en el libro la voz narradora con una ingenuidad y una oralidad infantiles de enorme destreza literaria por parte del novelista. La primera adaptación al cine recibió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1978, protagonizada por otra prima donna como Simone Signoret (que ya temía el Óscar a la mejor actriz desde 1950 por Un lugar en la cumbre).
La novela de partida tiene su propia peripecia. Romain Gary ya había ganado el prestigioso premio Goncourt en 1956 y las bases le impedían presentarse de nuevo. Lo repitió bajo pseudónimo en 1975 con La vida ante sí, encubierto por un primo qur dio la cara como hombre de paja, y lo ganó de nuevo. Más adelante reveló la estratagema y el jurado mantuvo el galardón, aduciendo que se concedía a un libro más que a un autor.
Romain Gary se suicidó en 1980, seis meses después de que lo hiciera su mujer, la actriz Jean Seberg. El hijo de la pareja, Diego Gary, ha residido en Barcelona en alternancia con París y es autor de la novela S. o la esperanza de vida.
El estreno de la segunda versión cinematográfica, con Sofía Loren en el papel estelar, es una excelente ocasión para releer la novela. En francés en la colección de bolsillo Folio por 8€, en catalán en Angle Editorial por 16€, en castellano en la colección De Bolsillo por 9, 45€.
0 comentarios:
Publicar un comentario