Un colega que dirige una acreditada agencia de comunicación y relaciones públicas, la cual tiene entre sus clientes a los servicios funerarios de la ciudad, me ofreció uno de los trabajos más prometedores en la actual situación. Conocedor de mi experiencia como “negro” editorial y redactor de algunos libros de encargo, así como de mi opinión sobre la nobleza del género periodístico de los obituarios, me brindaba una idea genial. Consistía en recorrer cada día los tanatorios y ofrecer a los familiares de cada difunto
redactar con sus informaciones y mi literatura una biografía-exprés capaz de ser editada con la rapidez de las actuales técnicas de impresión y repartida al día siguiente a los asistentes al funeral en formato de librito. Me ofrecía 80 euros por cada biografía que lograra escribir de este modo, una cantidad irrisoria para las familias en el momento de los gastos de entierro, a la que él sumaría el coste de impresión y el servicio. Si me espabilaba y le echaba capacidad de persuasión comercial entre los compungidos deudos, podía llegar a redactar más de una por día. Multiplicado por los días del mes (los tanatorios no cierran nunca), sería capaz de alcanzar unos miles de euros mensuales en los mejores momentos, si la idea funcionaba a pleno rendimiento. Me pareció el trabajo más degradante que me habían propuesto en mucho tiempo. Intuí asimismo que mi colega me consideró excesivamente orgulloso, poco negociante e inapto para "reinventarme". Su agencia ha prosperado, supongo.
redactar con sus informaciones y mi literatura una biografía-exprés capaz de ser editada con la rapidez de las actuales técnicas de impresión y repartida al día siguiente a los asistentes al funeral en formato de librito. Me ofrecía 80 euros por cada biografía que lograra escribir de este modo, una cantidad irrisoria para las familias en el momento de los gastos de entierro, a la que él sumaría el coste de impresión y el servicio. Si me espabilaba y le echaba capacidad de persuasión comercial entre los compungidos deudos, podía llegar a redactar más de una por día. Multiplicado por los días del mes (los tanatorios no cierran nunca), sería capaz de alcanzar unos miles de euros mensuales en los mejores momentos, si la idea funcionaba a pleno rendimiento. Me pareció el trabajo más degradante que me habían propuesto en mucho tiempo. Intuí asimismo que mi colega me consideró excesivamente orgulloso, poco negociante e inapto para "reinventarme". Su agencia ha prosperado, supongo.
0 comentarios:
Publicar un comentario