La muerte el pasado miércoles en París a los 99 años del filòsofo Roger Gauraudy cierra una época de liderazgo cultural francés en materia de pensamiento, cuando en París se forjaban todas las novedades. El dominio de aquellos maîtres-à-penser se ha visto sometido al implacable paso del tiempo y no siempre ha terminado bien. El “derechista” Raymond Aron empezó a ganar puntos frente al intocable Jean-Paul Sartre. Louis Althuser acabó loco y asesinando a su mujer. Se suicidaron el situacionista Guy Debord, el heterodoxo Gilles Deleuze y el filósofo André Gorz junto con su esposa. Claude Lévi-Strauss reconocía en su biografía que determinadas obras de Roland Barthes no le habían gustado nada, que
encontraba a Jacques Lacan incomprensible y que experimentaba a propósito de Michel Foucault “una cierta reticencia ante su opción de afirmar que lo negro es blanco y lo blanco es negro”. Extinguidos los “mandarines” de Simone de Beauvoir y los “samurais” de Julia Kristeva, llegó el momento de Bernard-Henry Lévy y sus nouveaux philosophes, destinados a acompañar a la nouvelle cuisine y la nouvelle droite.
encontraba a Jacques Lacan incomprensible y que experimentaba a propósito de Michel Foucault “una cierta reticencia ante su opción de afirmar que lo negro es blanco y lo blanco es negro”. Extinguidos los “mandarines” de Simone de Beauvoir y los “samurais” de Julia Kristeva, llegó el momento de Bernard-Henry Lévy y sus nouveaux philosophes, destinados a acompañar a la nouvelle cuisine y la nouvelle droite.
El propio Roger Garaudy vivió una evolución intelectual muy difícil de entender, compaginando su pertenencia al comité central del Partido Comunista Francés de 1945 a 1979 con un fervor religioso que le llevó a convertirse sucesivamente del ateismo al protestantismo, después al catolicismo y finalmente al islamismo. En 1998 fue condenado por los tribunales franceses por negar la existencia del holocausto durante la Segunda Guerra Mundial y atribuirlo al “lobby sionista internacional”. El año anterior todavía convenció a las autoridades andaluzas para crear en la Torre Calahorra de Córdoba una Fundación Roger Garaudy de las Tres Culturas y un Museo Al-Andalus Vivo destinados a enaltecer el papel histórico de la ciudad como punto de encuentro de las tres religiones greco-romana, judeo-cristiana y arabo-islámica. La web de la entidad (www.torrecalahorra.com) no da estos días la noticia de la muerte de su fundador.
0 comentarios:
Publicar un comentario