21 dic 2015

La gran película de Carlos Saura hace más que nosotros por el talento del folclore argentino actual

Ayer asistí con una mendocina oriunda (Mendoza es la quinta provincia de Argentina por población y capitaliza la región del Cuyo) al estreno en Barcelona de la última película Zonda. Folclore argentino, de Carlos Saura. Salimos contentos, con alguna objeción. El veterano director tiene el coraje de dedicar un largometraje, sin abandonar su potente lenguaje cinematográfico, a un género que no forma parte de las corrientes mayoritarias de la industria musical, pese a contener una belleza elevadísima tanto en el terreno tradicional como en el rabiosamente actual. La definición de folclore argentino encubre en realidad la música y danza de autor, con fuerte incorporación de las nuevas generaciones. La selección de artistas clásicos y
modernos que presenta Saura es incuestionable, aunque con ausencias clamorosas como las de Raúl Carnota, Juan Quintero y Luna Monti, Lorena Astudillo o las tonadas mendocinas o cuecas cuyanas de Félix Dardo Palorma, Tito Francia, Damián Sánchez, Antonio Tormo o Jorge Marziali, que en la actualidad practican magníficamente el dúo Orozco-Barrientos, Mónica Abraham, Alejandra Bermejillo o el cuarteto vocal femenino Ámbar Voces. Pero, claro, por cada mendocino o cuyano hay 1.000 correntinos, 200 salteños y 100 santiagueños.
Carlos Saura abre una ventana de prestigio sobre un estilo musical que lo merece. La película me ha llevado a recordar los numerosos conciertos de este género a los que he asistido y asisto en Barcelona, pese a su escasa repercusión pública. Se produce una desproporción abismal entre la cantidad de cantantes argentinos residentes en Barcelona y su menguante proyección en los circuitos musicales. 
Actúan cada vez menos, en locales más limitados y con una resonancia decreciente entre el gran público, a pesar del nivel de calidad. Lo más inquietante es que nadie parece encontrar –no sé si buscar-- un revulsivo a la pérdida de terreno. Supongo que cada artista argentino de Barcelona hace lo que puede, mientras sus escenarios se van encogiendo. Algunos llegaron a actuar en la sala pequeña de L’Auditori o a figurar con regularidad en la programación estable del club Jamboree. Aquella regularidad se ha perdido. 
La crisis de los recortes iniciada en 2008 provocó una disminución de las contrataciones, sin embargo este factor no es el único ni quizás el más determinante. Se da sobre todo una falta de conexión, posiblemente mutua, entre ellos y el tejido cultural catalán, ya sea por ignorancia, desgana o falta de visión. 
Hace años que no se programa tango o folclore argentino actual en los incontables festivales musicales barceloneses y catalanes. Estos dos géneros simultáneos se han refugiado en bares de pequeño aforo. Casa América dispone en Barcelona de un ecléctico ciclo de conciertos sin periodicidad establecida. Hoy lunes se celebra a las 20h la peña de folclore argentino en el Ateneu Cooperatiu La Base, de la calle Hortes nro. 10 en el Poble Sec, encabezada per Darío Polonara (bandoneón), Pablo Cruz (bombo) y Mariano Olivera (guitarra). 
La generación del 1974 asentó en Barcelona voces que siguen en activo como Fernando Ríos Palacio, Esteban “Rabito” Vélez, Jorge Sarraute, Tito Cava o Julián Córdoba. A partir del 2001 la leva de jóvenes del “corralito” resultó particularmente nutrida. Hoy actúan de forma intermitente en Barcelona más de una docena de cantantes argentinos residentes, con aquella falta de repercusión. 
Pienso, por orden alfabético y poco exhaustivo, en Gustavo Besada, Romina Bianco, Silvia Borges, Analía Carril, Gustavo Carrizo, Mario Galván, Bibí González, Laura Hansen, Rodolfo Jager, Lucila Laske, Silvina Laura, Cecilia Ledesma, Raúl Mamone, Susana Negri, Martín Rago, Sandra Rehder, Gabriel Vallone … 
El folclore argentino dispone de jóvenes y dotados practicantes en Barcelona, como los tuvo la anterior generación de arribados en 1974. Ana Rossi simultanea este género con el papel de vocalista en el grupo Coetus o su reciente disco de tangos con Marcelo Mercadante. 
La cantante Rocío Faks grabó en Barcelona un CD de folclore argentino con músicos de primera fila, encabezados por el pianista y arreglador Marco Mezquida. Se abre camino Johanna Zohler con el guitarrista Guillermo Gómez Álvarez y el flautista Pablo Andrés Giménez. Juliette Robles lo hace con el guitarrista Mariano Olivera y el cajón de Carlos Gajardo. El guitarrista y compositor Guillermo Rizzotto construye desde Barcelona una carrera internacional. Sus actuaciones, desgraciadamente, deben buscarse con la lámpara de Diógenes. 
Me pregunto si se ha prestado atención a los magníficos temas de folclore argentino que incluyó Sílvia Pérez Cruz en el disco Inmigrasons de 2007 (la zamba “La nochera”, el kaluyo “Doña Ubenza” y una fusión suntuosa d’”El noi de la mare” con la “Vidala del último día”), los dos tangos de antología de Mayte Martín en Free boleros (“Nostalgias” y “El día que me quieras”), el gran CD de Elba Picó del 2012 Folkloreando (su dúo con Mayte Martín en la “Zamba para no morir” pone los pelos de punta), la sutil versión de “La Pomeña” a cargo de Carme Canela en su disco de 2014 Granito de sal o las de Gemma Abrié con Miquel Àngel Cordero el mismo año de la zamba “Piedra y camino” y la canción litoraleña “Oración del remanso”, o las exquisitas versiones instrumentales de Horacio Fumero en su disco de 2013 Vuelos
Todos ellos son temas del actual folclore argentino grabados recientemente en Barcelona. El estreno en los cines de la película de Carlos Saura sobre la vitalidad del género entre las actuales generaciones pone de relieve que algo no funciona en lo que respecta a su repercusión pública en Barcelona. 
Por cierto, la palabra zonda designa el viento húmedo del Pacífico chileno que remonta los Andes nevados y puede hacer subir la temperatura bruscamente de cero a treinta grados entre la mañana y la tarde de un mismo día cuando desciende a sotavento, del otro lado de la cordillera, hasta el llano argentino de Mendoza y la región de Cuyo, sobre todo durante los temporales del invierno austral los meses de agosto y setiembre, al final de la estación seca. Arrastra gran cantidad de polvo (el polvaredal), provoca brumas que disminuyen la visibilidad y es el causante de la escasa pluviometría de la zona. El zonda es un viento sin partidarios, como un niño sin caricias. Solo el día que desaparece aprecian el fresco barrido que deja.

1 comentarios:

  1. Hola, me llamo María Victoria Malerba, dirijo desde hace 24 años La Cruz del Sur, escuela de danzas folclóricas argentinas y desde hace 4 años unos recitales a micro abierto "Con la música a otra parte". En este sitio nos reunimos cada 1º viernes de mes para disfrutar de todo tipo de música, pero especialmente de folclore argentino y en donde hemos disfrado de algunos de los artistas que Ud. menciona y me duele que después de tanto tiempo ni siquiera nos mencione en su artículo, ya sea porque o no nos conoce o porque se ha olvidado y eso que hoy por hoy somos quizá el mejor espacio que hay en Barcelona para este tipo de música, no solo debido a los medios técnicos con que contamos sino al valor artístico del mismo. Si desea puede acercarse al próximo que lo realizaremos el 1º viernes de febrero, en nuestra sede del Orfeó Martinenc, av. Meridiana 97,Metro Clot, Barcelona, a partir de las 22 h, o a nuestras clases de danzas los martes a las 2 h. a partir de enero del próximo año, muchas gracias. La entrada es gratis, puesto que somos una Asociación que tiene por principal objetivo la difusión de la cultura folclórica argentina, muchas gracias.

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