También publicado en Eldiario.es
Resultan demoledoras las cifras sobre aumento acelerado de la desigualdad social presentadas en el último informe “La economía al servicio del 1%”, recién publicado por la organización internacional Oxfam coincidiendo con la celebración del Fórum Económico Mundial de Davos de los líderes políticos y económicos, si no fuese porque ya nos hemos acostumbrado. Se basa en el Informe sobre la Riqueza 2015 del banco Credit Suisse para reconfirmar que en estos momentos el patrimonio acumulado por el 1% de la población
mundial equivale al de todo el resto de los 700 millones de habitantes del planeta y que durante los últimos cinco años el patrimonio de los 62 principales multimillonarios ha aumentado en un 44%, en detrimento de la mayoría de los demás ciudadanos.
Resultan demoledoras las cifras sobre aumento acelerado de la desigualdad social presentadas en el último informe “La economía al servicio del 1%”, recién publicado por la organización internacional Oxfam coincidiendo con la celebración del Fórum Económico Mundial de Davos de los líderes políticos y económicos, si no fuese porque ya nos hemos acostumbrado. Se basa en el Informe sobre la Riqueza 2015 del banco Credit Suisse para reconfirmar que en estos momentos el patrimonio acumulado por el 1% de la población
mundial equivale al de todo el resto de los 700 millones de habitantes del planeta y que durante los últimos cinco años el patrimonio de los 62 principales multimillonarios ha aumentado en un 44%, en detrimento de la mayoría de los demás ciudadanos.
En Europa en particular, España es considerada el segundo país más desigual (después de Letonia) y la actual política económica favorece esa concentración de riqueza en vez de apuntar a la redistribución y la equidad. El informe señala como causas el sistema fiscal insuficiente sobre la acumulación de patrimonio y la transferencia de beneficios a los paraísos fiscales. “Los ricos no pueden seguir defendiendo la idea de que su riqueza beneficia a todo el mundo. Al contrario, su extrema riqueza es un síntoma de una economía global enferma”, ha manifestado Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.
También en Catalunya el resultado de la última crisis económica ha sido inapelable y reconocido: los especuladores que la causaron con prácticas corruptas y burbujas fraudulentas han sido rescatados con dinero público a cambio de recortar puestos de trabajo, servicios públicos y derechos de la mayoría de la sociedad. No ha representado tan solo una crisis económica, sino una crisis de la democracia, una resoplido del salvajismo de la ley del más fuerte, un vaciado de contenido del sistema representativo y redistributivo.
Todos dan por descontado que la lenta recuperación intentará llevarse a cabo a costa de consolidar la precarización de los puestos de trabajo disminuidos, de los salarios y los derechos sociales. El refuerzo de los responsables de la crisis y el debilitamiento de sus víctimas ha sido posible por la complicidad de los organismos políticos representativos y la falta de oposición durante largos períodos de los ciudadanos desmovilizados, convertidos en electores irrelevantes.
La metralla del diagnóstico se ve avalada por numerosos y reiterados estudios. Uno de los escasos ingredientes democráticos que se salva es la información, tal vez porque ha servido de poco frente al saqueo organizado.
0 comentarios:
Publicar un comentario